Oscar Andres De Masi

oademasi@gmail.com

 


Este monumento se halla emplazado en la «Plaza Espora», sobre la transitada avenida Espora, frente al célebre edificio llamado «La Cucaracha» y al Colegio Nacional «Almirante Brown».

Foto: Arq. Fugardo

De este magnífico monumento  suelen pasarse por alto algunos detalles. Por ejemplo:

 

¿Quien fue su autor? ¿Dónde vivía? ¿Dónde había nacido?¿Qué otra profesión desempeñaba?

Se trata de un escultor academicista notable de nuestro país, pero que no es lo suficientemente conocido. Su nombre era Félix Pardo de Tavera. Vivía precisamente en Adrogué. Y había nacido en Filipinas. Es un caso singular, de un escultor que poseía un título profesional bien diferente: era médico.

 

Se suele ignorar que, durante algún tiempo, el monumento cumplió funciones funerarias, ya que dentro de su pedestal fueron colocados, en 1969 los restos del fundador don Esteban Adrogué, que ya en 1953 habían migrado desde la Recoleta hasta el templo de San Gabriel (tengo a la vista la nota de La Opinión revista  de setiembre de 1972, recordando aquel acto de tumulación intra pedestal…) Luego fueron retirados. Demasiado trajín para esas venerables cenizas…

 

 

Quiero señalar un detalle interesante de Pardo de Tavera. Al parecer, se entusiasmó con los retratos de personas «sedentes», es decir, cómodamente sentadas en una silla, ya que además de esta estatua de Esteban Adrogué, representó, sentados también, a Bernardo de Yrigoyen ( en la Escuela del mismo nombre en la avenida Montes de Oca) y a Marcos Paz, el jefe de la Policía (len el patio del Departamento Central de Policía, cuyo edificio, es proyecto del arquitecto Juan Buschiazzo).

 

Pero, además, Pardo de Tavera tiene obras funerarias en el cementerio de La Recoleta. Y un busto muy conocido (aunque habitualmente no se menciona como obra suya), que es el busto del General San Martín, en la sede de la OEA en Washington (hay una copia en la Academia Nacional de la Historia).

 

La vida de Pardo de Tavera tiene alternativas novelescas, principalmente en París, que en otra ocasión contaré.

 

Volvamos a la estatua de don Esteban Adrogué, a quien el escultor conoció como vecino de aquel suburbio. El 20 de enero de 1904, el diario La Nación dio a publicidad la iniciativa de los vecinos  y allegados del pueblo de Adrogué, de levantar una estatua a la memoria de su fundador. La reunión inicial de la comisión pro-monumento iba a celebrarse, previsiblemente, en el mítico Hotel «La Delicia». Entre los miembros de aquella comisión se contaban Pardo de Tavera, Juan Buschiazzo, y  otros. Al arquitecto Buschiazzo se le ofreció la presidencia, pero no pudo aceptarla porque partía para Europa.

 

Mientras se decidían los detalles de la estatua, la comisión mandó acuñar , para el acto de colocación de la piedra fundamental, ese mismo año, una medalla con la efigie de don Esteban Adrogué, fabricada por la Casa Gotuzzo y modelada por el escultor J.Santiago Lavarello.

Foto: Arq. Fugardo

En cuanto al emplazamiento, si bien hubo alguna idea de levantar la estatua en la plaza matriz del pueblo, pero dado que ya existía allí la estatua del Almirante Brown (de ella hemos hablado en la entrega anterior de esta columna), se desistió de tal sitio y, en cambio, se solicitó a la Municipalidad, con fecha 5 de febrero de 1904, el emplazamiento en la Plaza Espora. Vele decir que el sitio de emplazamiento actual forma parte de los valores de autenticidad del bien artístico, que desde siempre estuvo allí.

 

Finalmente se confió la ejecución del monumento al cirujano Félix Pardo de Tavera, por ser vecino del pueblo y admirador de su fundador. Este aceptó la encomienda y la ejecutó gratuitamente, cobrando únicamente el gasto de los materiales y transporte.

 

La inauguración del monumento y sus características

 

Ocurrió el 25 de marzo de 1909. El diario La Nación lo registró de este modo: El pueblo de las avenidas techadas por las ramas balsámicas de sus eucaliptos colosales, el sitio elevado de aire puro y sol brillante, de espléndidas «villas» y originalísimo trazado en diagonales, que obtuvo premio en la Exposición Industrial y Artística, está hoy de fiesta, sin duda la más grande, popular y significativa que desde hace mucho tiempo ha celebrado…

 

De la escultura, decía: Su obra es de genuina escultura…Es sencillamente el «viejito Adrogué», con su cara bondadosa, sentado según su manera habitual, con su bastón en la mano derecha y el brazo izquierdo extendido, sujetando sobre el banco su típica galera. «Es él» dirán hoy todos los del pueblo…La ejecución también impone el aplauso, el modelado es poderosamente blando y la difícil linea que va desde la amplia frente del anciano hasta los amplios pliegues del ropaje, parecen marcar en su dibujo, la edad de aquel cuerpo sereno y lleno de reposo. Esta obra de que Adrogué podrá enorgullecerse, constituye un triunfo más del Dr.Pardo de Tavera, cuyo arte ha sido elogiado con frecuencia.

 

 

Ante una concurrencia numerosa, hubo descorrimiento del velo, varios discursos y banda de música, como mandaba el ritual de inauguración de estatuas, y luego, un agasajo en el Hotel «La Delicia».

 

La escultura de bronce representa a Adrogué sentado, en edad de madurez «patriarcal», como solían verlo los vecinos del pueblo y de la Capital. Su mano derecha se apoya en un bastón (un atributo etario que refuerza la impronta patriarcal) a su lado izquierdo reposa la galera, sobre la cual se posa la otra mano. La figura, aunque dotada de autoridad, como cabe a un fundador y  a un patriarca, no es hierática ni rígida: al contrario, logra el dinamismo plástico de un vivo retrato, con marcado modelado de las facciones y la indumentaria.

 

La estatua se alza sobre un sobrio pedestal ortogonal, en cuyo frente se colocó una placa recordatoria de bronce.