Por: Verónica Meo Laos / veronica.meolaos@gmail.com
Entrevista a Alejandra Rodríguez, historiadora y docente directora de la Diplomatura en Historia Pública y Divulgación de la Historia de la UNQ
La Universidad Nacional de Quilmes ofrece la Diplomatura en Historia Pública y Divulgación de la Historia, carrera de posgrado dirigida a profesionales de la Historia y de otras disciplinas de la Ciencias Sociales. Se trata de una propuesta cuyo recorrido formativo es flexible y a distancia, caracterizado por la calidad académica y la rigurosidad conceptual, que consta de un total de cuatro materias trimestrales y prevé la posibilidad de articularse con otras propuestas de posgrado.
El diploma despliega distintos escenarios profesionales, más allá del ámbito académico y educativo: Museos, lugares de la memoria, editoriales, redes sociales, cine, televisión y nuevas pantallas son algunas de las posibilidades que se propone explorar este trayecto educativo. En diálogo con HABITAT, su directora, Alejandra Rodríguez, se refirió a la propuesta académica que pretende abrir la historiografía a los desafíos que proponen nuevos escenarios de debate públicos sin desdeñar la rigurosidad académica y el rigor científico.
Rodríguez es Magíster en Sociología de la Cultura y Análisis Cultural (UNSaM) Profesora en Enseñanza Media y Superior en Historia (UBA) . Dirige el Diploma de Posgrado en Historia Pública y Divulgación Social de la Historia (UNQ) y ha dirigido entre 2012 y 2018 la Lic en Ciencias Sociales y Humanidades de la misma Universidad. Se desempeña como Profesora Adjunta regular en la Universidad Nacional de Quilmes donde dicta Cine e Historia. e Historia Argentina.
HABITAT: – Qué necesidad creés que este diploma viene a cubrir. Contame del contexto de surgimiento, quiénes pensaron el posgrado y por qué.
ALEJANDRA RODRIGUEZ: Historiadores y profesores de la disciplina, han trabajado desde siempre en el mundo editorial, en el del cine, y la televisión en periódicos, museos y archivos, desarrollando capacidades para la divulgación a partir de la experiencia y el ensayo y error. La presente propuesta intenta promover una formación específica y actualizada. Agregar a la consistencia y confiabilidad científica de los profesionales de la historia, elementos de análisis y producción que lo vinculen con los nuevos escenarios del debate público.
HABITAT: -Cómo surge la propuesta y, a partir de allí, quiénes pensaron el posgrado y por qué.
ALEJANDRA RODRIGUEZ: – Notamos en los estudiantes de nuestra universidad UNQ, un gran interés en el tema y la asistencia masiva cada vez que se proponían charlas y actividades sobre este tema, así que teniendo en cuenta que se trata de una carrera que existe como posgrado en gran parte de las universidades de EEUU y Canadá y en varias de Italia, Francia, Alemania e Inglaterra, nos animamos. A modo de ejemplo: hay maestrías en Historia Pública en la Univesritá degli studi di Modena, Italia, en Freie Universitat, Berlin, Alemania en Oxford, Inglaterra entre muchas otras. (De todos modos) Nuestra propuesta es única en América Latina y en habla hispana y es en modalidad virtual, por lo que aspiramos a reunir a profesionales de muchos países de la región.
H:- A qué perfil de profesiones o trayectorias está orientado el posgrado.
A.R.: -El primer perfil en que pensamos es el de los graduados y profesionales en Historia y Ciencias Sociales, en especial Comunicación, pero, a decir verdad, las temáticas del posgrado abarcan muchas y diversas áreas de la cultura y, por tanto, puede ser interesante para profesionales de diversas procedencias que trabajen en museos, turismo cultural, archivos, editoriales, medios de comunicación y en ámbitos educativos.
H: -Qué inserción laboral podrán tener los egresados.
A.R.: -El Diploma pretende contribuir a la formación de un historiador especializado en Historia Pública, es decir en la historia construida y difundida fuera de los ámbitos académicos. Por esta razón, las materias apuntan a dar herramientas para pensar y construir la historia en diferentes espacios. Pensaremos en historiadores que se puedan desempeñar en museos, editoriales, instituciones educativas, en el mundo de las producciones audiovisuales, etc. La idea es analizar iniciativas, experiencias existentes en América Latina y el mundo que nos ayuden a repensar el patrimonio cultural histórico, la memoria colectiva, y las ideas sobre el pasado que circulan en la sociedad.
H.: -Dado que está vinculado con los medios de comunicación, ¿Cómo ves desde la academia, la difusión de la historia en los medios de comunicación? ¿Qué falta? ¿Qué necesita?
A.R.: -La relación entre la academia y los medios siempre ha sido compleja. Si bien hay obras generales que abordan de manera global la historia, lo cierto es que hay una distancia entre la producción académica que es cada vez más profunda y minuciosa sobre temas muy pequeños y particulares, y el deseo y derecho de la sociedad a saber y debatir sobre su pasado. En ese espacio trabajan los medios de comunicación, muchas veces intentando convertir ese conocimiento en materia de consumo masivo. Se mixturan así la historia, la memoria y el mito, de modo desigual. Hay un historiador llamado Vicente Sanchez Biosca que dice que es a través del mito que se expresan representaciones sociales productivas y eficaces que ayudan a reforzar los lazos de identidad grupal de las comunidades, y es por eso por lo que no renegamos del mito. Los medios y los medios audiovisuales en particular, trabajan mucho desde esos mitos de la historia nacional, más que desde la historia académica. Por otro lado es cierto que la historia en imágenes debe necesariamente construirse con otras reglas que la escrita: los relatos deben ser englobadores, debe tener tensión dramática, y otros condimentos más, para hacerla atractiva al gran público. Los últimos años hubieron iniciativas estatales muy interesante como las del canal Encuentro y también muchas universidades encararon proyectos audiovisuales que están rodando en las pantallas.
La idea de la carrera es pensar estas cuestiones: cómo circula masivamente la historia en las colecciones editoriales, en la novela histórica, en el libro político, que sentidos de la historia son convocados por el cine, con que imágenes podemos “imaginar” la nación, como funcionan los museos en este sentido….Qué lugar ocupa la historia en los debates políticos e intelectuales sobre el presente. Esos son algunos de los temas que queremos ponernos a pensar, a la vez que ejercitamos narrativas, hacemos ejercicios de síntesis, y pensamos en el lenguaje y las mejores formas de comunicar nuestras ideas.
H.: Finalmente, en este sentido, ¿Qué aportes creés que podrá realizar el o la egresada del diploma de posgrado?
A.R.: -Esperemos que puedan aportar mucho al campo de la cultura pues los graduados adquirirán elementos para planificar, gestionar y programar propuestas de divulgación de historia pública realizadas en diversos soportes y formatos tanto en organizaciones publicas como privadas. Para elaborar propuestas históricas en el campo de la cultura, entre ellos la organización de exhibiciones museísticas físicas y virtuales, proyectos editoriales, materiales educativos y en el asesoramiento a la producción audiovisual sobre el pasado