Autor: Arq. Julio Cacciatore*
Ante un traslado porque sí
Me entero que la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos se muda. Desconocidas para mí las razones, sí conocido adónde van a recalar los miembros de la Comisión, su personal, su archivo. ¿Su archivo? ¿Está catalogado? En las mudanzas siempre se pierde algo. Tal vez ni se den cuenta.
Sé, entonces, que se traslada al palacio de Avenida Alvear y Rodríguez Peña, que ya fue albergue de oficinas oficiales conectadas con la cultura. De un remedo digno de la arquitectura supuesta de los tiempos de la Revolución de Mayo se la muda a una manifestación de la opulencia de los argentinos seguidores de la generación del Ochenta. Un destacado miembro de la Comisión actual en excelentes disertaciones virtuales recientes, distrajo un momento la atención del discurso para centrarlo en su opinión sobre los miembros de esa generación considerada dorada: los llamó “tilingos imitadores”. No creo que se encuentre feliz entre los oropeles de la mansión adquirida por una marquesa argentina para alojar al delegado del Papa Pío XI para el Congreso Eucarístico de 1934.
Considero que toda la Comisión debiera encontrarse muy satisfecha de continuar instalada en la Avenida de Mayo 556 por la contigüidad con el histórico Cabildo, reconstruido eso sí, pero donde se reconoce lo que se llama “espíritu del lugar”. La Comisión de Monumentos fue alojada allí por decisión oficial no sólo por funcionalidad sino porque el sitio mantiene el vínculo con un espíritu de argentinidad. En ese solar nació la Patria. Porque una de las misiones de la Comisión también es mantener ese espíritu en un lugar apropiado, inspirador. Y no debe moverse y ejercer su misión allí y para siempre.
*Arquitecto Julio Cacciatore
Julio Cacciatore. Arquitecto, fue docente de Historia de la Arquitectura y Diseño Arquitectónico en FADU/UBA. Se dedica a historia, y crítica de la arquitectura. Actualmente es coordinador editorial del CEDODAL Centro de Documentación de Arquitectura Latinoamericana.