Por: Juan Martin Repetto*

 juanmrepetto@usa.net

 


Reflexiones sobre la posible mudanza de la sede de la Comisión Nacional de monumentos, lugares y bienes históricos

 

“Memoria, enemiga mortal de mi descanso”

Miguel de Cervantes Saavedra

 

¿Podría la mudanza de la Comisión Nacional ser un avance para la representación institucional del cuerpo?, esta es la pregunta que intentare contestar.

El patrimonio es memoria, que es identidad, aquellos que amamos esta especialidad creemos   que a pesar de que a veces esta nos perturba, no debemos dejar que la otra cara de la moneda, el olvido, nos gane la pulseada.  Por lo que siento la necesidad de historiar lo que otros actores parecen haber olvidado. Hace ya algunos años, desde la Comisión Nacional, comenzamos a pensar en mudar la sede, preservando los sitios ceremoniales en los actuales edificios.  Queríamos seguir los pasos de aquellos que nos precedieron en respetar y trabajar por esta institución, así ellos construyeron hace ya más de sesenta años la nueva sede, luego de haber restaurado el cabildo donde funciono en sus comienzos. Este nuevo contenedor colaboro en su momento sin lugar a duda a jerarquizar el organismo.

Pensamos en que podríamos construir este futuro en la Mazana de las Luces, que era y es, sin ningún lugar a dudas un lugar excepcional, una manzana única, fundacional, totalmente  protegida como monumento histórico nacional, albergó las máximas jerarquías políticas, culturales y religiosas del país desde el siglo XVI, pero que, por una discutible decisión, allá por los años setenta se   demolieron los edificios centrales de la facultad de ciencias exactas y naturales, esta ausencia dejo una herida en la traza urbana no resuelta hasta ese momento. En los años   setenta se creó la Comisión Nacional de la Manzana de las Luces, que tenía como objetivos el rescate de los edificios históricos y fijar el destino definitivo de los mismos. En oportunidad de iniciarse este proceso, en el año 2008, estaba integrada por el Secretario de Cultura de la Nación, el Rector de la Universidad de Buenos Aires, el Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y el Escribano Mayor del Gobierno de la Nación. Ambas comisiones trabajamos juntas en la búsqueda de un programa para la misma y su desarrollo posterior.  Surgió entonces la idea de construir en ese importante espacio residual, el Centro Nacional del Patrimonio, donde funcionaria la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos, la Escuela Nacional de Museología, la biblioteca especializada Federico Ortiz, tendrían sede las representaciones nacionales de ONG internacionales para la salvaguarda del Patrimonio, el CICOP, el ICOMOS, el ICOM, estableciendo así una relación publico privada permanente entre todos los organismos. El centro contaría con salas de cursos, auditorios, librería, cafetería, en fin, un modelo que pondría el Patrimonio en la agenda pública con mucha fuerza. La Procuraduría de las misiones jesuíticas sobre Perú y Alsina, seria restaurada y puesta en valor, funcionaria allí el centro de interpretación de la provincia jesuítica del Paraguay, la que tuvo un valor excepcional por su misión evangélica, económica, educacional y política. En las casas redituantes que sobrevivieron a la demolición, en Perú y Moreno, donde se encuentra la sala de representantes de la provincia de buenos aires, donde entre otros trascendentes acontecimientos juraron Bernardino Rivadavia, Manuel Dorrego, Juan Manuel de Rosas, Bartolomé Mitre entre otros. En estos edificios funcionaria el Complejo histórico cultural de la Manzana de las luces.

Puestos de acuerdo se firmó un acta entre las dos Comisiones Nacionales, el 10 de diciembre del año 2009, estableciendo ese programa y ese destino definitivo para los edificios.

Con el aval del Poder Ejecutivo Nacional, el   Ministerio de Infraestructura llamo a través de la Sociedad Central de Arquitectos a un concurso nacional de anteproyectos teniendo en cuenta ese programa; el resultado fue una magnifica propuesta. Todo lo actuado fue aprobado y ratificado más tarde por decreto del poder ejecutivo nacional firmado por la entonces presidenta Cristina Fernández de Kirchner en el año 2013. (decreto   108/2013) aún vigente. A partir de ese momento se creó la Coordinación de gestión dependiente de la Comisión Nacional para llevar a cabo el plan integral de intervención según ordenaba el Artículo 4 del decreto, la misma empezó a trabajar en el proyecto ejecutivo y los pliegos para el llamado a licitación de la obra, en conjunto con los ganadores y la Dirección Nacional de Arquitectura. A fines del año 2015 terminados los pliegos faltaba solo el llamado a licitación, quedando incluso ya presupuesto aprobado para empezar a ejecutar la obra en el año 2016.  Le paso entonces algo grave a la Patria, se hizo cargo del gobierno Nacional una de las peores administraciones que recuerdo y en particular en el Ministerio de Cultura, quien designo a las actuales autoridades de la Comisión Nacional, Comisión que abandono y echó en el olvido el proyecto incumpliendo la manda, como tantas otras cosas que merecerán seguramente un posterior desarrollo.

Ese decreto firmado e impulsado por la entonces presidenta fue desechado por la actual Comisión y como contrapartida proponen una mudanza que producirá un demerito a la institución, con pérdida de los valores defendidos por todas las autoridades desde su creación.

¿Pueden las autoridades del área de Patrimonio del Ministerio de Cultura desconocer esta historia relatada y este proyecto?, lógicamente podría ser que sí. Pero pueden las actuales autoridades de la Comisión Nacional desconocerlo, definitivamente no, la actual presidenta era vocal en la Comisión que tramito todo el proyecto y el actual vicepresidente, era vicepresidente en ese momento y no solo eso, representó con su firma al señor Rector de la Universidad de Buenos Aires en el acuerdo logrado.

La respuesta a la pregunta inicial surge clara y transparente, la Comisión Nacional si puede mudar su sede, siempre y cuando resguarde aquellos lugares ceremoniales del organismo en el actual edificio y fundamentalmente como condición vinculante, que esto devengue en reconocimiento y jerarquización del organismo. Pero acordemos que la mudanza proyectada implica todo lo contrario; un gravísimo demerito y una importante des jerarquización, más aun, todo esto sin la participación del personal que durante muchos años tuvo y tiene un merecido reconocimiento en la especialidad, que hoy se le niega.

Tengo el sueño que tal vez todavía estemos a tiempo para retomar el camino marcado por la presidenta de la Nación en el 2013, seguramente no ahora en pandemia, pero si suspendemos la mudanza, tal vez en el futuro pueda ser realidad.

 


Juan Martin Repetto

Arquitecto, Master en gestión y políticas culturales.  Ex  Director Nacional de Patrimonio y Museos, Ex Presidente de la Comisión Nacional de Museos y de Monumentos y Lugares Históricos de Argentina. Actualmente Vicepresidente del Instituto Nacional de Investigaciones históricas  Eva Perón – Museo Evita, Secretario General de la Federación Internacional de Centros CICOP,  miembro del CICOP Argentina y del ICOMOS Argentina.