Foto: Fausto Rocchetti

Por: Sebastián Pacheco

sebastian.pach@yahoo.com


“El Cretto de Gibellina de Burri no es solo un gesto humanísimo de pietas. No se limita a conmemorar poéticamente una tragedia. Muestra el valor profundo que acompaña la acción del arte en cuanto tal: la muerte no es la última palabra sobre la vida, la forma de la obra salva al mundo del puro horror.” Massimo Recalcati

 

La obra escultórica más grande de Land Art (arte ambiental en relación con el paisaje) de Europa se encuentra en Sicilia, Italia. Comienza su construcción en 1985 por cuatro años quedando inconclusa por falta de fondos hasta el 2015 cuando se concluye tal cual la había proyectado el artista de Umbría. Alberto Burri fue invitado junto a otros artistas y arquitectos a imaginar y fundar una nueva idea urbanística a pocos kilómetros del pueblo de Gibellina que fuera completamente destruido y abandonado en ruinas durante el terremoto del 1968. El artista llega a Sicilia en 1981 y decide no intervenir en la nueva ciudad más bien sobre los escombros de la vieja y destruida Gibellina. Propone cubrir de cemento blanco las manzanas irregulares del antiguo reticulado urbano manteniendo el entramado vial al descubierto. Este inmenso proyecto se inserta en una serie de trabajos que el gran maestro del arte informal ya venía desarrollando desde los años 70, el denominado Cretto: esculturas planas que realizaba con una pasta de blanco de zinc y cola vinílica que, al secarse con caolín, forman grietas en su superficie. Esta gigantesca obra de arte/monumento/memorial permite a los visitantes recorrer el antiguo trazado de las calles revitalizando la idea de ciudad precedente al sismo.

A continuación se propone la traducción de una publicación del año 2007 llevada a cabo por el Profesor Giovanni Rizzo en relación al estudio del estado de conservación de la obra de arte y su futura manutención ya que la gigantesca escultura fue abandonada al deterioro y al olvido. Otros dos escritos acompañan la investigación diagnostica del Prof. Rizzo: Notas sobre el problema metodológico sobre la conservación y restauración del Grande Cretto del Prof. Giuseppe Basile y Burri y la nueva obra del conocimiento. Investigaciones, estudios, ensayos del proyecto piloto de RISO sobre el restauro del Grande Cretto de Alberto Burri del Dr. Giuseppe Mercurio.

Es probable que sin el empuje de tales figuras profesionales y del Museo RISO no se hubiera replanteada la necesidad de culminar la obra inconclusa de Burri el Grande Cretto (1985-2015) y su restauración y conservación sucesivas.

La empresa que llevará a cabo la restauración del complejo artístico ha sido recientemente designada y se espera que sean tenidos en cuenta los estudios realizados por las figuras profesionales que a continuación se presentan.

 

Estudio de los materiales constructivos y de los fenómenos de deterioro del Grande Cretto

 En octubre de 2007 fue estipulado un acuerdo entre el Museo de Arte Contemporáneo de Sicilia RISO y el departamento de ingeniería química de los procesos y de los materiales (DICPM) de la Universidad de Palermo finalizado al estudio de los materiales constructivos y de los fenómenos de deterioro relativos al Grande Cretto de Alberto Burri en Gibellina.

 

El director del museo, Ing. Sergio Alessandro y el Prof. Ing. Giovanni Rizzo, responsable del DICPM del Laboratorio de Ingeniería Química de Bienes Culturales fueron los responsables científicos en la gestión del acuerdo. En la ejecución e interpretación de la investigación técnico científica han colaborado: el Prof. Salvatore Piazza del DICPM, en el aspecto relativo a la corrosión de las armaduras del hormigón; los Profesores Nicola Nocilla y Laura Ercoli del departamento de ingeniería estructural y geotécnica para los problemas de naturaleza geotécnica; el profesor Franco Palla del Laboratorio de Biología Molecular del Departamento de Ciencias Botánicas para los aspectos relativos al biodeterioramiento.

Conservar la memoria del pasado, promover el presente, proyectar el futuro para sostener la potencialidad del territorio.

Las actividades del RISO en Gibellina han iniciado con el arranque de las acciones preliminares a la restauración del Grande Cretto de Burri.

La atención hacia la más grande obra de Land Art en Europa, de la cual se espera desde hace tiempo la restauración, ha sido reavivada por el proyecto del museo, que se hizo promotor de la intervención preliminar a la restauración, sosteniendo el costo financiero, el apoyo y la coordinación técnica.

La complejidad de la intervención, así como la relevancia conceptual de la obra en sí misma por las múltiples referencias simbólicas y semánticas, subyacentes a su proyecto y realización, han impuesto un enfoque muy atento y consiente del problema conservativo.

Fue instituido un Comité de Garantes (Anna Mattirolo de la Dirección Arte y Arquitectura Contemporánea del Ministerio de Bienes y Actividades Culturales, Giuseppe Basile del Istituto Centrale del Restauro, Alberto Zanmatti proyectista de la obra, Giuseppe Gini Superintendente de Bienes Culturales y Ambientales de Trapani, Sergio Alessandro Director del RISO) con el cual se ha iniciado un constructivo confronto de ideas para definir las líneas de intervención más idóneas en la conservación y restauración de la obra en el respeto del espíritu del artista.

 

Dicho estudio es finalizado con la elaboración de una propuesta de intervención conservativa y  la definición de un protocolo de manutención del Grande Cretto. Durante las visitas a la obra se obtuvo una amplia documentación fotográfica, fueron realizadas algunas pruebas in situ y fueron tomadas muestras para su análisis en laboratorio. Los resultados preliminares de los estudios están aquí reportados haciendo referencia primero a los materiales constructivos, es decir al hormigón y al armazón metálico, luego al estado de conservación de las superficies y finalmente a los problemas de naturaleza geotécnica que conciernen a la obra en su totalidad y a su relación con el terreno.

La naturaleza material de la obra. El hormigón. Para comprender mejor algunos aspectos del actual estado de conservación del Cretto es oportuno recordar sintéticamente las fases de su construcción. La obra fue realizada entre el 1985 y el 1989 sobre las ruinas de Gibellina, buscando a grandes líneas con excavadoras la antigua red vial e incluyendo los escombros dentro de grandes islotes delimitados por muros de hormigón armado de 2 metros de altura y cubiertos por placas de hormigón armado con red electrosoldada, como documentan eficazmente las siguientes imágenes (figuras 1, 2, 3,4). El Grande Cretto, justamente por su doble naturaleza como obra de arte evocativa de la tragedia del terremoto del 1968 y como una obra de ingeniería civil, pone hoy algunos peculiares problemas de conservación que estimulan una atenta reflexión a fin de aplicar eficaces decisiones que aseguren su supervivencia y al mismo tiempo sean respetuosas de las intenciones del artista. De hecho, durante el tiempo de realización algunos trucos indispensables para la ejecución a regola d’arte (de manera profesional) de los diferentes elementos constructivos fueron sacrificados en pos de la creatividad del artista. En particular las superficies onduladas de las paredes de sostén realizadas insertando placas metálicas deformadas en el interior de los encofrados (figura 5) ofrecen a los hierros de la armadura una protección que es de algunos centímetros en las partes convexas pero que se afinan en las partes cóncavas dejando sin cobertura a los mismos hierros (figura 6). Además la porosidad del hormigón resulta muy elevada y en algunos puntos son evidentes avisperos consiguientes a los procesos de deterioro durante la ejecución de la obra. Todos estos factores contribuyen a acelerar los procesos de corrosión de los hierros del armazón. De todos modos el hormigón no parece mostrar signos de deterioro químico, más bien resulta dañado por los fenómenos expansivos consiguientes a la corrosión de los hierros y por los movimientos debidos a la interacción con el terreno.

Figura 1. Fases de la construcción.

Figura 2. Fases de la construcción.

Figura 3. Fases de la construcción.

Figura 4. Fases de la construcción.

 

Los análisis efectuados mediante difractometría RX y microscopía óptica sobre secciones finas son compatibles con las pocas noticias de archivo disponibles sobre los materiales utilizados para la preparación del hormigón, en particular el cemento tipo “Aquila bianca” de la Italcementi y los inertes calcáreos, con granulometrías variadas según las indicaciones suministradas al Municipio de Gibellina por el Laboratorio Químico Central de la Italcementi (nota del 16/10/1985). Algunos macroporos (1 – 1,5 mm) están revestidos por delgadas patinas microcristalinas, aquellos de dimensiones inferiores (0,2 – 0,5 mm) están ocluidos por mosaico microsparítico.

No se detecta algún producto de alteración de la pasta cementicia, ni siquiera en muestras enriquecidas en la pasta del aglutinante. Las fases mineralógicas detectadas son solamente Calcita y Silicatos de Calcio hidratados. También en áreas en las cuales se observa la presencia de “volcanetes” sobre la superficie de terminación del hormigón, el diafractograma revela la presencia de neofases de deterioro que pueden dar lugar a fenómenos de expansión, como el yeso o ettringite. Además se han efectuado test de carbonatación, ya sea in situ como en muestras de laboratorio, que han detectado un avance del frente de carbonatación de algunos centímetros al interior del hormigón, como consecuencia de la elevada porosidad. Esto no constituye un problema para la conservación del hormigón mismo pero crea las condiciones de despasivización del armazón metálico que requerirá una intervención como será indicado a continuación.

En conclusión, desde el punto de vista del estado de conservación del material hormigón no se encontraron particulares motivos de alarma. De todos modos algunas características constructivas de la obra y la poca atención en la preparación y en la construcción de la obra del material crean condiciones poco adecuadas para una duradera protección de los materiales ferrosos contenidos en el hormigón. En lo que concierne al estado de conservación de las superficies son evidentes problemas de diferente naturaleza. La rugosidad superficial de las cubiertas de las islas está acentuada por la erosión pluvial. En muchos puntos se ha verificado la expulsión de los cubrehierros como consecuencia de la corrosión del armazón. Sobre todas las superficies, horizontales y verticales son evidentes alteraciones cromáticas vinculadas al asentamiento de biodeteriógenos.

Figura 5. Superficies onduladas en las paredes de sostén.

 

Figura 6. Hierros del armazón descubiertos.

 

Los hierros del armazón. A partir de una primera inspección visual, aparece claro que los muros de sostén de las islas cementicias constituyentes del Cretto han sufrido en diversos puntos el ataque corrosivo acelerado de los armazones metálicos, con consiguientes formaciones de grietas y fisuraciones de la estructura. En efecto, como consecuencia de los fenómenos corrosivos en acto, la superficie de las armazones metálicas está recubierta por productos de corrosión que tienen un volumen superior de aquel inicialmente ocupado por la materia metálica.

Este fenómeno provoca entonces un estado de tensión en el interior del hormigón que aumenta en el tiempo y lleva a la formación de grietas y fisuras. En definitiva, las causas de la corrosión acelerada de los armazones del Cretto se debe atribuir a dos motivos estructurales relacionados al modo en el cual la obra fue realizada: a) el espesor del mortero que recubre los hierros es muy variable, insuficiente o inexistente en muchos puntos; b) la porosidad del hormigón es (intencionalmente) muy poco homogénea con áreas de altísima porosidad. Al fin de verificar la evolución del fenómeno corrosivo fueron efectuados dos tipos de mediciones en algunas áreas como muestras de la estructura.

  • Mediciones de carbonatación del hormigón. Estas pruebas tienen la finalidad de determinar la acidificación del hormigón como consecuencia de la gradual penetración de los agentes atmosféricos y en particular del anhídrido carbónico en el interior de los poros (fenómeno de carbonatación). Desde el punto de vista corrosionístico tal determinación es importante porque en ambiente carbonatado los armazones son sujetos a corrosión, diferentemente como sucede con el mortero no modificado, donde los materiales ferrosos están en condiciones de protección cinética (“pasividad”) gracias al ph alcalino (aprox. 12). Ha sido usada la fenolftaleína, un indicador de ph que presenta un viraje de color (de incoloro a rojo) a ph cercano a 9. Esto permite determinar la profundidad de penetración del frente de carbonatación en diversos puntos de la estructura. Las medidas han evidenciado un avance del frente de carbonatación muy variable en las diferentes zonas examinadas dependiendo de la porosidad del mortero, como se esperaba.
  • Mediciones de potencial. En los mismos puntos ha sido medido el potencial eléctrico de las armaduras respecto de un electrodo de referencia (figura 7). El “mapeo de potencial” da ulteriores informaciones sobre el estado de los materiales metálicos inmersos en el hormigón. De acuerdo con las medidas de carbonatación se ha determinado que: a) los armazones puestos en correspondencia de zonas con alta porosidad del hormigón, aquellas poco profundas o afloradas en superficie presentan valores más bajos de potencial: esto indica que los fenómenos de corrosión del hierro están actuando; b) los armazones puestos en coincidencia con zonas de baja porosidad del hormigón y suficientemente profundas presentan valores más altos de potencial: esto indica la ausencia de corrosión en estas partes y la permanencia de un estado de “pasividad” del metal. Desde un punto de vista técnico, las intervenciones de recuperación de las zonas dañadas por los fenómenos corrosivos son bastante estándar. En particular se necesita: 1) limpiar las partes metálicas dañadas y quitar mediante limpieza mecánica los productos de la corrosión; 2) aplicar sobre las superficies metálicas limpias productos protectores a base de aglomerantes e inhibidores de la corrosión; 3) recubrir las partes metálicas recuperadas con un espesor de mortero con eventual agregado de productos impermeabilizantes; 4) depositar una capa externa de mortero conteniendo las características estéticas requeridas. Es de destacar que consideradas las características constructivas intrínsecas de la estructura y su extensión, estas intervenciones pondrán remedio a los daños de corrosión solo en las zonas reparadas. Es de esperar que en los próximos años los fenómenos de corrosión de las partes metálicas se activen gradualmente en otras partes de la estructura: se necesitará un monitoreo periódico con programación de intervenciones análogas sobre otras partes.

 

Figura 7. Medición del potencial de los armazones del metal.

 

Biodeterioro. La inspección sobre el lugar ha permitido realizar una primera evaluación de los sistemas biológicos que colonizan la obra. Desde un análisis visual ha resultado evidente una extensa presencia de plantas, muchas de crecimiento rápido y con robusto sistema radical, atribuible a Paritaria judaica, Rhus coriaria (zumaque siciliano), Inula viscosa que con Nicotiana glauca representan ejemplares que de pocos centímetros pueden llegar a superar los dos metros de altura. Hay presentes numerosos tapetes de Briofite, ya sea sobre las paredes que sobre la parte superior de las estructuras lapídeas, así como una difusa presencia de líquenes blancos y pigmentados (figura 8). Además, particular interés suscita la pigmentación (rosa-marrón) presente sobre la superficie de algunas “paredes perimetrales” que como es reportado en la literatura científica podría ser inducida por colonizaciones micróbicas, en particular bacterias. Bajo esta óptica fueron realizadas las primeras investigaciones con el fin de identificar y caracterizar los microsistemas, recurriendo al análisis morfológico mediante microscopía electrónica a escáner (S.E.M.) y microscopía electrónica a escáner laser (C.L.S.M.) y al análisis molecular. Los datos si bien preliminares, relativos al análisis de SEM evidencian la presencia de sistemas radicales en grado de penetrar la superficie lapidea. Los análisis mediante microscopía confocal CLSM evidencia la presencia de estructuras fluorescentes muy probablemente atribuibles a cianobacterias y microalgas.

La exacta y completa caracterización de la biodiversidad microbica (bacterias, hongos) será realizada recurriendo a técnicas de biología molecular que basándose sobre los análisis de específicas secuencias blanco (marcadores moleculares) localizados en el ADN genómico micróbico permiten la identificación del género y de la especie presente.

 

Figura 8. Alteraciones cromáticas debidas al asentamiento de biodeteriógenos.

 

Problemáticas geotécnicas. La configuración planoaltimétrica del sitio sobre el cual surge el Cretto de Burri es atribuible al esquema geotécnico de una pendiente indefinida sobre la cual se apoya un complejo de cajas de conglomerado cementicio armado, que contienen escombros y recubiertas por placas cementicias tambièn armadas. Las estructuras presentan lesiones y fracturas de variada magnitud sobre las paredes perimetrales y sobre las cubiertas a causa de dos distintas fenomenologías: a) deformación de un sector de la cuesta; b) deformación de las islas. Como en la ilustración de la figura 9, una parte de la porción del valle presenta una leve acentuación de la pendiente. En tal zona las lesiones estructurales de las islas son probablemente imputables a las deformaciones de la cuesta. El cuadro de fisuras de las islas hace pensar que la progresiva decadencia de la integridad de las piezas sea en correlación con las características geotécnicas del sustrato y con la trama de los cordones de los cimientos de los muros. Se distinguen: a) una situación en la cual el muro del valle es estable y se verifica una traslación hacia el valle ya sea del muro que de la cubierta. El movimiento se manifiesta a través de lesiones sobre los muros transversales y en los bordes, traslación y fracturas de la cubierta y su sobreposición sobre el muro del valle. En este caso el empuje de la cubierta sobre el muro puede contribuir a las lesiones sobre la parte superior de la pared; b) un desplazamiento del muro del valle de magnitud mayor respecto del muro del monte causa un desprendimiento entre los muros longitudinales y transversales, algunas lesiones sobre las paredes transversales y los bordes, las desconexiones y las fracturas de las cubiertas, sobretodo en correspondencia de las juntas de relleno (Figura 10). En este caso ambos muros están probablemente construidos sobre escombros. Una ulterior condición del perímetro que influencia en modo significativo es el comportamiento mecánico en su conjunto de los terrenos de los cimientos y de rellenado derivado por la ausencia de sistemas de drenaje. Como consecuencia, las islas actúan como cisternas que pierden sobre los escombros y sobre los terrenos de los cimientos modificando el régimen de las presiones neutras y determinando como resultado una reducción de la resistencia al corte.

 

Figura 9. Variaciones en la pendiente de la cuesta de una parte.

Figura 10. Desplazamiento de una pared.

 

El contexto estructural y morfológico anteriormente descripto evidencia que el proyecto de las intervenciones geotécnicas para la conservación de la obra en su conjunto requiere del previo conocimiento de la magnitud y de la velocidad de la deformación. A tal fin es necesario predisponer un monitoreo de los desplazamientos, de una duración anual basado sobre una medición topográfica al detalle sobre la cuesta y sobre las islas, que más allá del perímetro van detectadas plano altimétricamente en los puntos oportunamente elegidos en el extradós de las losas y los puntos que correspondan a las lesiones más significativas. Tales mediciones están finalizadas también en la interpretación del cuadro de grietas en su conjunto y a su correlación con las lecturas de los desplazamientos. Para la completa interpretación de la inestabilidad además es necesario: 1. realizar perforaciones poco invasivas y pequeños  hoyos de inspección; 2. relevar la trama de las interconexiones entre los cordones de los cimientos de las paredes de las islas, algunos de los cuales parecen comunes a varias islas; 3. determinar las características geotécnicas de los terrenos de los cimientos; 4. comprobar el estado de densificación de los escombros y evaluar el eventual desprendimiento entre las cubiertas y su plan de posicionamiento originario constituido por escombros y colchón de arena; 5. equipar de tubos piezómetros o manómetros algunos foros en el interior de la islas para monitorear las variaciones del régimen de las presiones neutras. Según los resultados de los estudios, la realización de los foros de drenaje junto con los filtros ubicados sobre los muros perimetrales de las islas – a realizar en breve tiempo – podría resultar una intervención casi exhaustiva de las problemáticas geotécnicas. Tendría que ser también considerada la hipótesis de mantener permanentemente con eficacia el sistema de monitoreo para verificar en el tiempo los resultados de las intervenciones geotécnicas que serán proyectadas sobre la base de los resultados de los estudios aquí propuestos.

 

La obra en construcción del conocimiento. Considerados los problemas geotécnicos, el proyecto ejecutivo podrá ser definido solo luego de algunos meses de monitoreo. Se propone por lo tanto utilizar este tiempo abriendo inmediatamente una “Obra en construcción del conocimiento”, mediante la cual se pueda operar el monitoreo geotécnico pero que al mismo tiempo se puedan censar en modo cuantitativo los ítems de la intervención (lesiones a sellar, hierros corroídos a tratar, cubrehierros a recuperar, hoyos de drenaje) experimentando las técnicas de intervención sobre el hormigón, sobre los hierros, sobre las superficies (técnicas de limpieza y de consolidación, biocida, rugosidades, cromía) interactuando con el Consejo de Garantes para una constructiva confrontación sobre las elecciones más pertinentes a operar. Además, la identificación precisa y completa de los sistemas biológicos, macro y micro, permitirá: i) correlacionar los sistemas biológicos al tipo de alteración encontrada; ii) indicar las intervenciones de remoción-inhibición más adecuadas; iii) realizar la elección mayormente idónea de inhibidores del crecimiento y/o biocidas. Esta experiencia, más allá de proporcionar elementos indispensables para el proyecto ejecutivo servirá también a poner en marcha un protocolo para una manutención programada sucesiva a la intervención, que será el elemento indispensable para una duradera conservación de la obra.

 

Se agradece la colaboración del Profesor Giovanni Rizzo y de la Restauradora Isabel Contreras.