Arq. Alejandra Bruno(arq.alebruno@gmail.com)

Mg. Arq. Marcelo L. Magadán(magadan@magadanyasociados.com.ar)

 


¿Se imaginan ustedes a un equipo de albañiles, de carpinteros, de ebanistas, de revocadores instalando, en semejante pasado, su sacrílega utilería y rehaciéndonos en ocho días, una casa que uno nunca hubiera conocido y donde uno se creería de visita? ¿Una casa sin misterios, sin rincones, sin trampas bajo los pies, sin escondrijos? ¿Una especie de salón municipal? (Antoine de Saint-Exupéry, refiriéndose al Palacio San Carlos).

 

 

UN POCO DE HISTORIA:

 

El Palacio San Carlos, se encuentra ubicado en el Parque homónimo, a unos 4 km del centro de Concordia (Prov. de Entre Ríos).Fue construido para Eduardo Demachy, un industrial francés, que compró unas 100 has. junto al río Uruguay para instalar un establecimiento dedicado a la fabricación de conservas, velas, jabones y un saladero.El edificio se ubicó sobre una loma, a 350 m de la costa, un lugar privilegiado desde el que se observa el entorno y buena parte del río. Aprovechando la topografía se construyeron dos plantas: una principal en la parte alta, y una accesoria en la baja rodeando parcialmente a la loma y que contenía las dependencias de servicio, entre las que se encontraban la Caballeriza y dos locales anexos, los únicos que aún se conservan techados. A la planta alta se accede, a nivel, desde el Suroeste, mientras que la conexión entre ambas se daba a través de dos escaleras interiores ubicadas en correspondencia con las alas en que se divide el nivel inferior.

 

Planta Baja.En el centro, la parte ocupada por el terreno natural.Entre otros elementos, se indican las pasarelas y escaleras.

 

 

La construcción, que tenía una superficie cubierta de 1.200 m2, se habría erigido a partir de planos traídos de Francia. La obra comenzó en 1886 y finalizó en 1888, cuando fue ocupada por los Demachy. En ella se emplearon tanto materiales locales, como importados. La piedra delos cimientos y los muros exteriores, así como las arenas, son locales y se extrajeron de los afloramientos que se encuentran en los alrededores. Es altamente probable que los ladrillos y la cal sean de la zona. Entre los materiales importados se encuentran las chapas acanaladas de las cubiertas del piso alto y los rieles empleados en parte de los dinteles, las bovedillas y las columnas de la Caballeriza. La madera de pisos y revestimientos habría venido de Alemania; los hogares de mármol de Italia y otros materiales de Francia. La casa poseía cañerías de hierro y un sistema de desagües cuyas evidencias aún se conservan. En ciertas terminaciones, como en las juntas de las piedras y el revestimiento interior de los desagües se empleó cemento, seguramente importado.

 

 

Planta Alta. Están señalados Los patios de acceso (con una cuadrícula), los muros derrumbados, las pasarelas y escaleras.

 

En la obra trabajaron uno o varios canteros que, entre otros elementos, tallaron los mampuestos que conformaban las esquinas de las fachadas, las claves y las impostas de los arcos. Todos los muros de la planta baja son de piedra. Las fachadas de la planta alta son de piedra por fuera y ladrillo común por dentro. También de ladrillos son los divisorios interiores de este nivel. Los entrepisos, las escaleras, los pisos, los cerramientos (puertas, ventanas, celosías), parte de los dinteles y la estructura de la cubierta eran de madera. La cubierta, como se dijo, fue construida con chapas acanaladas. Las canaletas eran de zinc y las rejas de hierro forjado.

Corte longitudinal. Se observan las dos plantas que conforman el palacio.

 

La casa estuvo ocupada por los Demachy hasta 1891, cuando la abandonaron repentinamente, sin que se volviera a saber de ellos, lo que disparó variadas versiones acerca de su suerte. Luego tuvo varios propietarios, hasta que en 1929 pasó a ser propiedad de la Municipalidad de Concordia, que la alquiló a otra familia de origen francés, los Fuchs Valón. Éstos la ocuparon hasta 1935 y habrían de recibir a Antoine de Saint-Exupéry, piloto y escritorque vivió en nuestro país entre 1929 y 1930, trabajando como director de la Aeroposta Argentina. Volaba en un avión Laté 25. Unos dicen que buscando un sitio donde hacer una escala intermedia entre Buenos Aires y Monte Caseros (Corrientes), en la ruta a Asunción del Paraguay. Otros mencionan que fue un desperfecto mecánico. Lo concreto es que terminó en el Palacio San Carlos, al que visitaría varias veces y al que describió en su relato “Oasis” del libro Tierra de Hombres (1939), diciendo, entre otras cosas:

 

“…en un recodo del camino se descubrió, a la luz de la luna, un bosquecillo y detrás de esos árboles, una casa. ¡Qué cosa extraña! Compacta, maciza, casi una ciudadela. Castillo de leyenda que ofrecía, al trasponer el porche, un refugio tan apacible, tan seguro, tan protegido como un monasterio.”

 

En ese escrito también mencionó a los FuchsVallon y, en especial, a Edda y Susanne, las niñas de la familia, a sus animales y experiencias a las que, además, refirió en otros de sus escritos, incluyendo su obra más conocida: El Principito.

Dos vistas del palacio que lo muestran cuando estaba en uso y luego de que se hubieran derrumbado el techo y parte de los muros.

 

Posteriormente la construcción quedó abandonada. Fue saqueada y en septiembre de 1938 sufrió un incendio perdiendo, entre otros elementos, los techos y parte de los dinteles de madera. Algunos muros se agrietaron y terminaron por derrumbarse. El saqueo continuó. Se perdieron algunas rejas y cuando no quedaban otras cosas de valor se llevaron parte de las piedras caídas. A la par, San Carlos en ruinas se convertía en emblema de lugareños y atractivo para el turismo. Fue así que, al menos en dos oportunidades (1974 y 1996) la Municipalidad de Concordia realizó trabajos de mantenimiento. En ambos casos se intervinieron elementos estructurales: arcos y dinteles. En el caso de los dinteles, parte de los originales de madera fueron reemplazados por perfiles metálicos y por vigas de hormigón armado. Para ello  desarmaron y rearmaron los muros ubicados por encima, intercalando los mampuestos. Fue así que se colocaron piedras en lugares que debieran estar ocupados por ladrillo o se emplearon ladrillos comunes colocados con una traba diferente de la original. En todas estas intervenciones se empleó un mortero de cemento como ligante. También se incorporaron tensores metálicos para sostener la parte subsistente de la fachada Noroeste. Con el tiempo, uno de estos tensores se aflojaría y caería, dejando de funcionar como tal.

Si bien aquellas intervenciones pueden ser objetadas a la luz de algunos de los criterios contemporáneos de restauración, hay que reconocer que fueron decisivas a la hora de frenar los derrumbes, contribuyen a salvaguardarlo.

EL PROYECTO DE RECUPERACIÓN:

Que el edificioes un hito para la memoria local y de la región quedó demostradoen 1997cuando los concordienses, a través de una Consulta Popular convocada por el Honorable Concejo Deliberante, se expresaron a favor de recuperarlo, junto aotros de sus aspectos patrimoniales vinculados con la cultura, la historia y el ambiente del lugar.Esta demanda fueatendida en2008, momento en que se firmó un convenio entre la Municipalidad de Concordia (propietaria del palacio), la CAFESG (Comisión Administradora para el Fondo Especial de Salto Grande) y el CAPER (Colegio de Arquitectos de la Provincia de Entre Ríos, Regional Noreste), para que éste último organizara un concurso de antecedentes destinado a contratar un equipo de profesionales que se hiciera cargo del proyecto de “Consolidación y Puesta en Valor de las Ruinas del Palacio San Carlos”.

 

El equipo ganador del citado concurso estuvo integrado por la Arq. Alejandra Bruno, el Arq. Jorge Lessa, el Ing. Florencio Bourreny el Mg. Arq. Marcelo L. Magadán, los dos últimos como asesores en estructuras y en restauración, respectivamente.  El proyecto se entregóen mayo de 2009, en un acto público realizado en la sede de la Municipalidad de Concordia, que contó con la presencia del Gobernador de Entre Ríos, Sergio Urribarriy de otras autoridades provinciales y locales.

 

Tuvo como premisa restaurar el palacio en estado de ruina, preservándolo y optimizando su uso en tanto recurso histórico y turístico, realizando las tareas necesarias para brindar seguridad para el público y para el propio edificio. Se buscaba conservar la materialidad subsistente de la obra y su autenticidad, descartandola reconstrucción de las partes perdidas, respetándola imagen que,del mismo, se encontraba incorporada a la memoria de vecinos y visitantes. La restauración buscaba así, salvaguardarla obra tan íntegramente como había llegado hasta ese momento, basándose en los principios del máximo respeto por las partes originales subsistentes, la mínima intervención, la diferenciación de las partes intervenidas mediante la expresión de su contemporaneidadmanteniendo a la vez su neutralidad estética y la implementación de soluciones reversibles.

 

Algunos dinteles originales de madera mostraban las huellas del incendio y las grietas afectaban a parte de los muros.

 

Los problemas más graves estaban ligados a la falta de seguridad del visitante, tanto por el mal estado de conservación de algunas componentes, como por la falta de elementos de contención, ya que al haberse derrumbado parte de los muros, el público quedaba expuesto al vacío en varios puntos del edificio. Además, la falta de control del acceso y de los recorridos facilitaba el vandalismo. Su consecuencia más visible era la proliferación de grafitis e inscripciones que cubrían un alto porcentaje de la superficie de los muros, aún en las partes más altas y de difícil acceso, como las cargas sobre las cornisas.

Para ordenar esta situaciónse planteó cerrarlo y trazarrecorridos interiores controlados mediantepasarelas metálicas y dos escaleras en las alas laterales, vinculando las plantas del edificio. En lo posible, pasarelas y escaleras, se retiraron de los muros, evitando el contacto directo del visitante. Se minimizó el impacto de estas estructuras apoyándolas sobre pequeños pilotes.El sistema se proyectó con materiales contemporáneos, teniendo en cuenta las condiciones de mantenimiento y de reversibilidad de sus componentes.En los accesos se previeron rampas desmontables que hacen accesibleslos recorridos a personas con discapacidad motriz. En los pisos se emplearon paneles metálicos reticulados que dejan ver a través de ellos, no interrumpiendo las visuales.

La intervención propuso, además, incorporar un sistema de iluminación, crear un Centro de Interpretación y trasladar el grupo sanitario y el kiosco,ubicadosentonces sobre el acceso Suroeste, hacia la parte baja de la loma, minimizando su impacto visualrespecto del palacio.

 

LA OBRA DE RESTAURACIÓN:

En 2011 CAFESG llamó a una Licitación Pública para la “Consolidación y Puesta en Valor de las Ruinas del Palacio San Carlos”, que fue ganada por Conkret S.A., una constructora de Concordia.

Dos de los profesionales del equipo de proyecto, losarquitectos Bruno y Magadán, se sumaron a la obra, como Representante Técnica y Asesor en Restauración, respectivamente. Se han desarrollado dos etapas de trabajo:noviembre de 2011 ajunio de 2012 y diciembre del mismo año a marzo de 2013.La veintena de operarios y los subcontratistas que trabajaron estuvieron bajo la Jefatura deObra de Javier Grimaldi. La restauración de los revoques históricos la realizóSimón Arias. La arqueología de apoyo estuvo a cargo de un equipo conducido por el Dr. Daniel Schávelzon y la Dra. Ana Igareta, mientras que los análisis de los morteros históricos fueron realizados por la Lic. Marcela Cedrola.

Como se dijo anteriormente, por tratarse de una ruina, la intervención se basó en la recuperación de los componentes originales subsistentes, limitando las restituciones de faltantes a los casos que, por razones de seguridad, resultaban estrictamente imprescindibles.

La obra comenzó con la revisión sistemática del edificio, registrando su estado y definiendo las acciones a desarrollar y las estrategias a seguir. Los procedimientos más importantes estaban relacionados a la limpieza y la consolidación de los muros. Fue así que se trabajó en la eliminación de la vegetación superior que también afectaba a los pisos. Además, se cortaron algunas ramas de la centenaria magnolia que se ubica en la esquina Este del palacio, lasque apoyaban sobre la fachada. Esta tarea estuvo a cargo de personal de la Municipalidad de Concordia.

 

Graffitis y vegetación invasiva cubrían buena parte de los muros.

Respecto de la limpieza, era necesario eliminar la suciedad, los grafitis y el biofilm (líquenes, musgos, etc.) que afectaban gran parte de la superficie de piedras y ladrillos. La diferente naturaleza de éstos llevó a aplicar distintos procedimientos, incluyendo el lavado con agua a diferentes presiones y la aplicación de bactericidas y geles removedores. También fue necesario eliminar mecánicamente las concreciones insolubles existentes en los arcos del acceso a la Caballeriza. Los revoques interiores que aún conservan restos de pintura a la cal se limpiaron cuidadosamente mediante cepillado, preservando los testimonios de color. Para tratar a los grafitis, los que habían sido realizados con diversos productos, fue necesario realizar ensayos hasta dar con los procedimientos más adecuados. En algunos casos hubo que dejar restos de los mismos para no degradar el material del sustrato.

También se realizaron diferentes ensayos de los morteros a emplear en la reposición de revoques y juntas, hasta encontrar colores y texturas compatibles con los originales. Hablando de revoques y vandalismo, en el basamento de la fachada de la Caballeriza fue necesario reponer el recubrimiento para regularizar la superficie que se encontraba muy dañada como consecuencia de las inscripciones hechas con elementos punzantes, cuya profundidad alcanzaba alos 10 mm.

Los revoques originales que se encontraban desprendidos fueron fijados al sustrato mediante inyecciones de morteros específicos, mejorados mediante la incorporación de una resina acrílica. Los que estaban disgregados fueron tratados con agua de cal, tratamiento que también se aplicó a las juntas y a parte de los ladrillos originales.Siguiendo con las consolidaciones, la integración de mampuestos faltantes o el reemplazo de los fracturadossolo se realizaronen aquellos casos en que peligraba la estabilidad del conjunto, p.ej.: en los parteluces de las ventanas. Tampoco se completaron los muros,exceptuando la fachada Noroeste donde era necesario reintegrar dos rejas originales recuperadas y colocar una puerta-reja en remplazo de una original perdida para controlar el acceso. Allí, el tramo de muro que se integró acompaña el desplome de la fachada. Los fragmentos de sillares fracturados y pequeños faltantes en piezas estructuralesfueron tratados empleando morteros epoxi. Tal el caso de las claves e impostas de los arcos.

Buscando limitar los desplomes facilitados por algunas fallas en las trabas entre ellos, fue necesario vincular los muros exteriores con los interiores, colocando tensores metálicos ejecutados con barras de sección circular y cabezales de PNU.Cabe mencionar que el edificio contaba con tensores antiguos colocados sobre los coronamientos, lo que induce a pensar que este problema existe desde su origen, situación agravada luego por la pérdida de las cubiertas.Como parte de la actual intervención se retiraron dos tensores colocados hace unos años para sostener la fachada Noroeste sin mucho éxito, ya que uno de ellos, conforme se mencionó, había caído.

En el caso de las fachadas Sureste y Suroeste seconstruyeron dos contrafuertes en reemplazo de los muros transversales perdidos.Para ello se emplearon ladrillos comunes asentados en un mortero a la cal reforzado, eligiendo materiales cuyos colores se integran visualmente al conjunto, pero sediferencian de los originales por el tamaño y la disposición de los mampuestos.Unasituación particular se planteó en el ángulo Oeste de la construcción donde el compromiso estructural del contrafuerte era mayor, por lo que se levantó un tabique de hormigón armado revestido con la misma piedra delas fachadas, en parte recuperada de los derrumbes y en parte extraída de los afloramientos del entorno. En todosestos casos, los contrafuertes se vincularon con los muros originales mediante barras aletadas fijadas con un adhesivo híbrido en base a resina vinylester. Para construir el contrafuerte que sostiene al muro Sureste fue necesario recomponer un dintel perdido para lo cual se empleó una viga cinta de hormigón armado.

Los agujeros de origen cultural (p.ej.: los empotramientos de vigas), en tanto testimonios históricos,fueron conservados. También se mantuvieron en su sitio restos de tirantes, clavos, perfiles, canaletas, caños, chapas acanaladasu otros elementos empotrados y se consolidaron los mampuestos o rellenos de juntas disgregados, dejando de lado su reemplazo. Igual criterio se siguió con los muros que se presentaban agrietados y desplazados, los que se consolidaron manteniéndolos en su posición actual.

Los materialeso partes que se incorporaron a la obra quedaron identificados. En el caso del contrafuerte que recompone el ángulo Oeste se simplificó la terminación de la junta, dejando de lado el rehundido central de las originales. Este criterio se siguió en todas las juntas en las que fue necesario integrar faltantes para  restablecerla continuidad de los paramentos,impidiendo que el agua de lluvia penetre al interior de los muros y evitando sus secuelas de deterioro.

Claves e impostas de reposición, necesarias para completar sectores de fachadas devolviéndole la estabilidad perdida por efecto de los derrumbes parciales, se hicieron en hormigón reforzado con fibras de polipropileno, en reemplazo de la piedra usada primigeniamente. En los cerramientos (rejas y paños fijos de vidrio) la diferencia la establece la tecnología empleada en la intervención.

Para recuperar la estanqueidad, también se sellaron fisuras y grietas, se integraron los revoques faltantes en cargas y cornisas y se ejecutó un capping en el coronamiento de los murosexpuestos por la pérdida de las cubiertas o por derrumbe parciales. Para evitar impactos visuales, éste se limitó a los coronamientos que no se observan desde los recorridos peatonales. En los muros bajos y en los cortes oblicuos se optó por el tomado de las juntas de los remates. En el primer caso se empleó un mortero a la cal reforzado con la  inclusión de una malla de fibra de vidrio como refuerzo, para mejorar su comportamiento ante los esfuerzos generados por la dilatación y contracción.

Las grietas fueron tratadas de acuerdo ala separación de sus bordes, respetandosiempre los desplazamientos y desplomes existentes. Fue así que cuando éstas tenían separaciones que admitían la colocación de mampuestos, fueron cerradas mediante su inclusión. Hubo algunos casos en el ala Noroeste, junto a la fachada, donde en el extremo superior las separaciones superaban los 50 cm. Contrariamente, cuando las separaciones eran pequeñas se procedió a completar la superficie (a modo de un tomado de juntas) colando luego un mortero de relleno en el interior.

Un caso especial fue el de la mocheta existente en el denominado Local 18, junto a la fachada Noroeste, que recubre un caño de chapa la que, encontrándose parcialmente desprendida, fue fijada a los muros donde se apoya mediante zunchos metálicos.

Las condiciones de estanqueidad de cornisas, remates, coronamientos y bordes superiores de los paños de revoques se mejoraron aún más aplicando un hidrofugante de siliconas. En el caso de los revoques, además, se ejecutó un reborde chanfleadoque facilita el escurrimiento del agua.

Los dinteles fueron revisados para analizar su estabilidad y el estado de las vigas de madera subsistentes afectadas, tanto por el incendio de 1938, como por su posterior exposición a la intemperie. Las que estaban en buen estado se conservaron como testimonio de la construcción original. Cuando se detectó que habían perdido su capacidad portante se las reemplazó por vigas metálicas construidas a partir de PNI, siguiendo el criterio adoptado en una de las anteriores intervenciones. Recordemos que las mismas se produjeron en 1974 y 1996, empleando vigas metálicas y de hormigón armado y que en ellas se empleó cemento para asentar los tramos de muros de recalce los que, como se dijo anteriormente, se llevaron a cabo intercalando materiales. Dada la resistencia del mortero de asientode estos “parches” se decidió dejarlos, emprolijándolos mediante su perfilado, ya que intentar reemplazarlos implicaba poner en riesgo a las partes originales subsistentes en el entorno. Por otro lado, han quedado como testimonio de aquellas obras.

En cuanto a los solados perdidos, se colocaron pisoscalcáreos en damero en los accesos del nivel alto, respetando la disposición de los originales de mármol de Carrara y lajas negras, que se observaban en antiguas fotografías y de las que se encontraron algunos indicios en el lugar. Esta tarea incluyó la reposición de los contrapisos. En los interiores, se dejó el terreno a la vista, nivelándoloy corrigiendo las pendientes para evitar encharcamientos yfacilitar el escurrimiento hacia las bocas del sistema de desagüe que se incorporó como parte de la intervención. Resultaba importante evitar la acumulación de agua de lluvia en el nivel alto ya que esto facilitaba el deterioro de los muros de la planta baja que contienen el terreno. Por los indicios encontrados los pisos de la planta alta –inexistentes- fueron de madera, constituidos por tablas o listones apoyados en tirantes. En el ala Noroeste del nivel inferior se hallaron restos de un solado de ladrillos. En algunos locales de esa misma ala existe una carpeta de cemento que pareciera ser más moderna. En el ala Noresteel piso es de tierra, al igual que en la Caballeriza, espacio destinado a alojar el Centro de Interpretación al que se hace referencia más adelante.

En relación a la herrería original, se consolidaron los anclajes de las rejas y se reparó el portón del acceso del piso alto, colocando en los extremos de las dos hojas un rodamiento y una guía para facilitar su accionamiento, dejándolo en funcionamiento y permitiendo cerrarlo.

De las cubiertas de chapa acanalada del nivel alto solo quedan algunos restos sobre las fachadas Noreste y Noroeste, empotrados en el muro de carga. Estos restos fueron recortados para minimizar el movimiento de palanca producido por el viento, el que afectaba a las cargas.

En la bovedilla que cubre el sector de la Caballeriza, en la planta baja, se realizaron mínimas tareas de limpieza y consolidación. Allí, el deterioro más importante estaba relacionado a las filtraciones del agua de lluvia desde el piso superior que corresponde al sector del acceso Suroeste al nivel alto. Por ello se reparó el piso existente aplicándole una membrana líquida en base a poliuretano, incluyendo una tela de refuerzo, que fue protegida por una carpeta de cemento.

 

Pasarelas y escaleras ordenan la circulación de los visitantes. Contrafuertes de ladrillos sostienen parte de las fachadas.

 

EL PALACIO CUENTA SU HISTORIA:

El seguimiento arqueológicode la obra estuvo destinado a recuperar la información contenida en el terreno, en aquellos casos en que debía excavarse para permitir la construcción de los desagües, los pilotes de apoyo de la pasarela y las bases de las escaleras. Así, la apertura de pozos de sondeopermitióconocer el potencial del sitio y recuperar restosmateriales relevantes que se hallaban enterrados.Además se realizó la recolección de materiales ubicados tanto en superficie, como en los montículos que contenían material de derrumbe reutilizado en la obra.

Esta investigación permitió recuperar diversos restos culturales que incluyeron fragmentos de loza sanitaria, restos de frascos y botellas de vidrio y de vajilla, botones de nácar, etc. A esto se sumaron diversos elementos constructivos metálicos del edificio (herrajes, clavos, tornillos y bulones, bisagras, etc.), el mango de hueso pulido de un cepillo de dientes y un cairel de una lámpara antigua. Estos materiales están en poder de CASFEG y se exhibirán en el Centro de Interpretación.

El tipo y contenido de los depósitos excavados, junto a la dureza del suelo y la pendiente de la loma en que se sitúa el palacio condicionaron la aparición de material lo que, por el momento, impidióconstruir una hipótesis sobre el uso y funcionalidad de los diversos locales que lo componen.

Un aspecto interesante que quedó al descubierto es el sistema de desagües originales construidos con ladrillos comunes revestidos con cemento, que cuenta con un complejo trazado que conduce el agua hacia el exterior, en diferentes puntos de la barranca. También se detectó la presencia de cañerías de hierro que parecen haber servido para alimentar de agua al edificio.

Además de la investigación histórica y la arqueológica, a lo largo de la obra se llevó un registro recolectando la información que quedaba en evidencia a medida que se avanzaba con los trabajos.A lo largo de la obratambién se guardaron los restos de materiales y objetos encontrados en el edificio, entre los que se cuentan elemento de madera que formaron los dinteles y los pisos, parte de chapas de la cubierta, grampas, fallebas, ladrillos, baldosas, fragmentos de molduras, etc.

 

 

Uno de los desagües encontrados y parte de los objetos excavados durante la intervención.

 

LA INTERPRETACIÓN DE LA HISTORIA DEL PALACIO:

Con el fin de que el visitante cuente con información que lo ayude a comprender un edificio en ruina que, aun habiendo perdido parte de sus elementos constitutivos, sigue conteniendo datos valiosos que dan cuenta de su historia, no solo en términos constructivos y tecnológicos, sino también de ocupación y de uso, se ha previsto el montaje de un Centro de Interpretación. Este se concretará en el sector de la antigua Caballeriza, en la planta inferior, el único que, como se dijo antes, conserva las cubiertas. Constará de una Sala de Exposición y dos locales anexos destinados a “Oficina” y “Atenciónde público”, donde se brindará al visitante información sobre el edificio y la zona.

El guión de la exposición se basa en el relato de la historia del Palacio en su contexto geográfico, histórico y social, a través de un recorrido que tendrá como puntos de atracción y soportes de información diferentes elementos, entre los que se cuentan: paneles, vitrinas, los objetos excavados y los elementos constructivos recolectados durante la restauración del edificio. El recorrido incluye la presentación de uno de los desagües que pasan por debajo de ese local y de un video que con sus imágenes ayudará a contar esa citada historia, la que incluirá a la restauración. La información del centro se complementará con la cartelería ubicada dentro del edificio y con visitas guiadas.

Los espacios que ocupará este Centro fueron preparados cerrándolos con las puertas y ventanas necesarias, se les construyó un piso de madera montado sobre una estructura metálica que genera una cámara de aire y lo separa del terreno facilitando su ventilación. Además se restauraron los muros y bovedillas, procediendo a consolidar los dinteles, tanto interiores, como exteriores, así como las columnas metálicas de la Sala de Exposición. En estas primeras etapasha quedado planteado un anteproyecto de la puesta del centro. La responsabilidad de su ejecución es de la Municipalidad de Concordia, en tanto propietaria del edificio y encargada de custodia.

 

OTROS APORTES DEL PROYECTO:

 

Se trata de un proyecto singular donde se recuperó un edificio centenario en estado de ruina tratándolo como tal, sin pretender reconstruirlo para volverlo a lo que fue, consolidándolo y frenando el deterioro, haciéndolo más seguro y buscando, al mismo tiempo, enriquecerlo como atractivo para los visitantes desde el punto de vista de su interpretación.

 

Esta obra respetó la materialidad en tanto soporte de una imagen que se ha conformado en símbolo de Concordia y de Entre Ríos y facilitó la formación de recursos humanos especializados, los que fueron entrenados en restauración de edificios históricos en un lugar del interior de la Argentina donde no había mayor experiencia en el tema. Quedó demostrado así que profesionales, técnicos y operarios locales, con el apoyo de especialistas que aportan conocimientos específicos pueden alcanzar juntos el objetivo de preservar nuestro patrimonio cultural, para goce y uso de las generaciones actuales y de las venideras; generando a la vez un aporte a la economía local.

 

Vistas de antes y después de dos sectores del edificio.