Por Oscar Andrés De Masi
Hoy volvemos a caminar por San Isidro y a interpretar su patrimonio arquitectónico, como lo hicimos semanas atrás, al hablar de la sucursal del Banco de la Provincia de Buenos Aires. Y fijamos nuestra mirada en la antigua Municipailidad, cuyo valor histórico y arquitectónico, y cuyo aprecio identitario que, como bien patrimonial de uso cívico le reconoce la comunidad sanisidrense, hace oportunas unas breves referencias.
El edificio de la antigua Municipalidad de San Isidro (actual sede del Concejo Deliberante) se sitúa en la calle 25 de Mayo, en el núcleo cívico, y es actualmente, según señalamos,, el asiento del Honorable Concejo Deliberante. Como sede comunal fue inaugurado en el año 1875 y su proyecto se atribuye, verosímilmente, al ingeniero Pedro Benoit;
Su fachada neoclásica, planteada en volúmenes en forma de «U», presenta figuras y referencias formales que vinculan el edificio a los lenguajes académicos eclécticos de la época, con una marcada impronta afrancesada, aunque ya se muestra receptivo de aportes formales de otras vertientes, principalmente italianizantes;
Entre los elementos destacables de su fachada pueden enumerarse los dos vasos de coronamiento y los 76 balaustres de mampostería del pretil corrido, las piezas cónicas de igual material aplicadas a la balaustrada, los relieves decorativos antropomórficos y fitomórficos de los capiteles y frisos, el escudo provincial modelado en el coronamiento del frontis, la escultura aplicada de un león a modo de blasón sobre la puerta principal, la verja de hierro forjado con sus luminarias, entre otros.
El edificio, por sus valores estéticos materiales y su autoría, configura un testimonio significativo de los modos proyectuales y constructivos para la arquitectura municipal bonaerense, e integra en forma eminente el repertorio del patrimonio arquitectónico y del paisaje urbano del casco histórico del partido de San Isidro. Asimismo, la continuidad de funciones cívicas, ya desde su concepción de origen, en el mismo contenedor material, aporta al edificio de un componente patrimonial inmaterial que, sumado a su materialidad auténtica, hacen de este inmueble histórico un bien dotado de cualidades identitarias para la comunidad local. ¿Cuántas veces han pasado los vecinos de San Isidro por esa vereda?
Un comentario favorable merece la acción reciente de limpieza, mantenimiento y pintura de la fachada, y la reintegración de las farolas de hierro a ambos lados del portón principal. Felicitamos al presidente del Concejo Deliberante, Dr. Andrés Rolón, por esta iniciativa que, sabemos, ha contado con el asesoramiento de la especialista local en Patrimonio y Paisaje Urbano, la Arq. Marcela Fugardo. Sería óptimo que esta operación patrimonial de conservación y puesta en valor lograra, también, la reposición de los vasos de coronamiento que el tiempo y la intemperie han desmaterializado.