por Verónica Meo Laos

 


Paisajes entretejidos de voces y luchas 

 

Ana Britos Castro es docente e investigadora pero, antes que nada, una mujer, una gran mujer de acción que reflexiona, interviene y no se calla. Que hace y se hace preguntas, que trabaja con, para y desde la gente, en especial las personas cuyas voces no son las que suelen estar en los micrófonos.

 

De manera coherente con su esencia, Ana en lugar de responder a una serie de preguntas, habló en primera persona, tomó la palabra y llenó de significados profundos la hoja en blanco. En cada signo resuena su voz y su tonada cordobesa.

 

Pocas veces la palabra escrita tiene sonido y emociona. Esta vez es una de ellas.

 

 

 

Con ustedes, Ana, “Anita” Britos.

 

 

Habitat: Contanos cómo es tu vida, tu paisaje.

 

Ana Britos: – Hola Vero que tal, bueno antes que nada agradecerte la invitación a esta conversación que bien nos hace también empezar a corrernos del lugar de “entrevistadora/entrevistada” que pone un mundo de diálogo binario y con lugares fijos; hacia  un conversatorio más allá de que vos me hagas las preguntas (jaj). Quizá esto nos lleve a recorridos de diálogos insospechados.

Te cuento qué hago, que es lo primero que me preguntas. Soy docente-investigadora/investigadora-docente mujer cordobesa y de esas que anda por los espacios haciendo preguntas cada vez que puede. Hacedora de pequeñas fisuras cerebrales, diría yo -no todas las veces con resultados alentadores- (jajaj). Trabajo en varios lugares, trabajo en Nivel Superior de la Provincia de Córdoba, en cuatro instituciones distintas en este momento. Tres son terciarios donde les estudiantes salen con el título docente de Nivel Secundario, uno es el Profesorado de Historia en el Instituto Superior “Simón Bolívar”, otro es el Profesorado de Psicología y de Sociología en el Instituto Superior “Olga Cossettini”, y una breve pasada por el Profesorado de Geografía en el Instituto Superior “Antonio Sobral” y la cuarta institución donde trabajo es la Universidad Provincial de Córdoba (UPC) en la Licenciatura de Pedagogía Social. Trabajo además en la Facultad de Filosofía y Humanidades la FFyH-UNC como adscrita en la Licenciatura de Geografía, pero soy Licenciada en Filosofía por la FFyH e integrante de un equipo de investigación sobre Filosofía Latinoamericana hace más de 12 años ya, en el Centro de Investigaciones de la Facu (CIFFyH-UNC). Soy además una de las Editoras responsables de la Revista Intersticios de la política y la cultura. Intervenciones latinoamericanas, revista que nos ha propiciado este diálogo Vero! (ya volveremos sobre el quehacer de la Revista propiamente dicha).

Soy columnista y co-conductora de un programa de radio Radiando Escuelas en la radio La Quinta Pata, una radio comunitaria que funciona y cohabita el espacio-tiempo de la Biblioteca Julio Cortázar en el Barrio de San Vicente, en la capital cordobesa, un barrio con mucha particularidad e historia en Córdoba. Y, actualmente, co-editora con el Colectivo de Radiando Escuelas del segundo libro que vamos a editar con las Editoriales de este 2019 que fue bien cargadito para las/los/les docentes de todos los espacios. Específicamente la experiencia de “pies radiantes” como dijimos en el último programa me ha brindado un motor impresionante de conexión con todo lo que hago, con el territorio y con lo que estoy definiendo como “lo común” ese mundo filosófico de la enseñanza de la filosofía latinoamericana, nada fácil, una filosofía que tome nota de sus condiciones geopolíticas, como digo siempre.

Al mismo tiempo estoy escribiendo mi tesis doctoral de filosofía, por supuesto  sobre filosofía política latinoamericana, específicamente trabajo el caso boliviano a partir de los levantamientos y revueltas de los años 2000 que pusieron en evidencia el malestar social, la disputa por el horizonte de sentido de un modo de lo político que tiene que ser antineoliberal, anticolonial y antipatriarcal. Asi que eso me hace un poquito escritora..(jajjja), aunque no sea mi fuerte, para nada!,

De docencia,  América Latina y algunas que otras heridas

Cabe aquí aclarar que, cuando pensamos este conversatorio con vos Vero, nuestra Latinoamérica no estaba tan herida como la vivimos ahora. El repaso obligado por el pueblo ecuatoriano, luego Chile, Haití antes y después, Bolivia en medio con un golpe de estado y aquí, ya que tengo este pequeño espacio me animo a decir, que he sido, soy y seré crítica del proceso de gobierno de Evo Morales y Álvaro García Linera, que reconociendo “sentidos generales” como dice Raquel Gutiérrez Aguilar (filósofa y matemática mexicana militante de las políticas en femenino), podemos levantar los carteles de NO a la derecha en ninguna de sus formas sobre nuestros territorios, nuestros cuerpos, nuestros símbolos (la WIPALA uno de ellos), nuestras voces, nuestros derechos; podemos también enunciarnos resaltando el colonialismo y el racismo que sigue operando en nuestras subjetividades neoliberales y que funciona como motor de “aniquilamiento del otre/otro/otra”, funciona deslegitimando, funciona dominando y oprimiendo. Eso pasa en Bolivia hoy.

La masacre fuertemente desatada por la derecha en el poder y los grandes desaciertos del gobierno progresista del MAS, que también son responsables de las condiciones en las que se encuentra el abigarrado pueblo boliviano. Lo digo a sabiendas, y te agradezco Vero, que a los intelectuales crítiques argentines nos cuesta pensar que las formas de lo político son múltiples y que los levantamientos populares siempre son diversos y producen horizontes de sentido diversos. Si es como dice el filósofo argentino Arturo Andrés Roig la diversidad es un lugar inevitable, tengamos cuidado de no mirar con los mismo “lentes” todas las experiencias socio-históricas así sea en pos de un ideal de una Latinoamérica unida. Un ideal que sale mucho en mis clases y que rescato, pero que tiene que estar alertado de los riesgos que corre de homogenización y totalización.

Todo lo que investigo y comparto en esto de practicar la docencia con una mirada latinoamericana, con una mirada atenta a los procesos de subjetivación y racialización es todo en clave descolonial. Sin entrar en las disquicioiones de las etiquetas “de”, “pos” colonial, lo que intento pensar es que en Córdoba se habitan muchos mundos posibles. Me gusta esa idea de co-habitar la modernidad que tiene Silvia Rivera Cusicanqui (la sociológica aymara voz clara del mundo Ch’ixi), me gusta porque por detrás hay un modo de lo político, que es cómo pienso la práctica de la enseñanza, de la investigación, de la escritura, de la circulación de conocimiento abierto, de la palabra radiada, que es abigarrado otro concepto central de mi perspectiva.

Que es abigarrado?

Y lo hilo a esto de cómo pienso la subalternidad que me estás preguntando, o porqué lo subalterno ha marcado mis recorridos. Lo abigarrado es un concepto que encuentro en mi investigación doctoral a partir de la lectura de un personaje muy importante para la historia boliviana, marxista crítico –al final de su vida- que es René Zavaleta. Hoy hay varias actualizaciones de la noción, pero siguiendo a Luis Tapia (filósofo político boliviano), lo abigarrado es la sobreposición de distintas sociedades, distintos tiempos históricos, distintas lenguas, distintas culturas, distintas religiones y distintas cosmovisiones. Y ahí es donde nace mi pregunta para mi tesis, pero para el presente boliviano también, ¿es posible entonces en una sociedad civil moderna, vivir temporalidades superpuestas??, multisocitalidades? Me arriesgo a decir, que a mucho batallar, todavía cuesta comprender que el otre/otra/otro elije su mundo de referencias y relaciones.

Una va recorriendo mundos y un poco que te das cuenta que sí, y lo volvés a pensar cuando ves a Latinoamérica así de levantada también no?, en resistencia, Colombia otro ejemplo para pensar. Creo dos cosas importantes que aprendí este año: una, que las luchas tienen que ser felices, tienen que tener un espacio de alegría y reapropiación de nuestros sentires para fortalecer vínculos y otra: el afecto no es una relación de amor o cariño sino la capacidad de vincularse nutridamente, esto lo tomo de una compa Clau del Territorio Feminista, colectivo en el cual participo activando mundos posibles sobre/desde/en Bolivia.

Que creo que pasa, entonces? Que suceden órdenes de lo político, lo social-económico, en tanto reproducción de la vida, como dice Raquel Gutiérrez Aguilar y lo cultural que son diversos y por momentos conviven en el mundo del mercado capitalista financiero –por ejemplo- y por momentos vuelven a formas locales-comunitarias, con otros tiempos de vida, con otras preocupaciones como la producción de lo común, en tanto esa reproducción de la vida sea el centro de la práctica anticolonial y antipatriarcal.

 

¿Multicultural o multisocietal? Ensayando formas

Suena descabellado, quizá. La condición multisocietal implica que existen diversas sociedades en un mismo espacio-tiempo, espacio-tiempo que es constructo social, por supuesto. Hoy en Argentina pensar no sólo movidas indígenas, sino tu mismo registro del mural de Dolores[1] y como lo racializado, lo afro –en este caso- atraviesa la construcción de un nosotres/nosotras/nosotros.

Digamos que es posible complejizar la relación política que la modernidad ha definido como Estado-nación/sociedad civil, digamos también –y me hago cargo- que existen sujetes/sujetas/sujetos políticos desbordantes de esa relación (hoy les/las/los protagonistas de los levantamientos en América latina) que son el exceso político y mi hipótesis de trabajo/lectura/escritura, desde hace años, es que ese exceso construye un otro espacio de lo político. Debemos pensar el “mosaico de heterogeneidades” que es Latinoamérica, los entramados comunitarios. Si no estamos atentos a ese mosaico y a las relaciones de poder que se juegan en esas tensiones, es imposible que podamos ver siquiera la subalteridad como una potencia, como una agencia, como una posición de sujete/sujeta/sujeto[2].

Hace un mes escribíamos un textito con una compa del equipo de investigación de la FFyH-UNC, “la Sofi” y estábamos pensando las formas de lo local-común como formas de reapropiarse de los mecanismos jerárquicos de las relaciones de poder y pensar modos heterárquicos. Vale que me digas, pero hoy!! Lo que urge para América latina es otra cosa, es sacar a la derecha, es cortar la violencia, son nuestres/nuestras/nuestros muertos, es verdad, no te lo niego. Sumo a eso que creo profundamente que si podemos armar espacios, pequeños, que creativamente piensen otras formas de relaciones, podemos llegar a mundo “más grandes y pequeños al mismo tiempo” que atiendan a los afectos y a las necesidades de todes/todas/todos los que co-habitemos ese espacio-tiempo. Insisto en  dos cosas: no tengo respuestas, solo algunos hilos que estoy poniendo ahora en la reflexión y creo al igual que muches otres/otras/otros de mis compañeres de investigación que geopolíticamente tenemos un problema. Ensayemos formas.

 

Mi recorrido ha sido siempre de poder problematizar, como te decía el excedente, el desborde y ese desborde es imposible de ser contenido en las viejas tradiciones del mismo marxismo crítico, porque no acaba en la disputa por la condición de clase, sino que hay que sumarle, la raza, el género, la sexualidad, las castas sociales, la edad, la religión todas complejizaciones de los/las/les sujetos/sujetas/sujetes políticos que irrumpen en el orden social establecido como único, fijo, estable, homogéneo y con carácter de universal. Finalmente irrumpen, qué hacemos cuando aparecen? Volvemos a invisibilizar?  Yo ya, con mis elecciones de vida, no podría.

Ahí es donde conecto, la enseñanza de la filosofía latinoamericana en espacios que siempre han sido subalternizados por las academias nacionales, no es moral mi crítica, es política. No son menores las carreras que se estudian en los terciarios o en los espacios provinciales. Al contrario, allí se forman la mayoría de los docentes que enseñan en el nivel medio, no dejemos que la colonialidad del saber nos siga digitando las mentes, seria… Allí conecto también mi participación en la radio, mis pequeñas experiencias y cómo propiciar la voz de todes les que quieran hablar.  Y finalmente también desde allí hace más de ocho años que edito Intersticios, que no sólo tiene que ver con la posibilidad de una revista que habilite el diálogo entre la filosofía y las ciencias sociales, sino que para mí se convirtió en uno de mis primeros espacios de militancia al Acceso Abierto a la información.

Acceso Abierto al conocimiento, parece que ni siquiera debería de ponerse en duda… Seguro que decimos, “todes/todas/todos tenemos acceso abierto a la información y más en la era “moderna-tecnológica” en la que vivimos”, pero no. Hace falta poner en palabras y denunciar que no todo está en libre acceso, que la colonialidad del saber-poder se digita desde el momento en que google decide por une que SI y que NO.

No soy experta en redes, desde mi experiencia en Intersticios, la militancia por el Acceso Abierto quiere decir, que todes/todas/todos podemos escribir y publicar y podemos descargarnos y leernos sin pagar en ninguna moneda imperial/colonial por nuestro propios derechos a nuestras producciones y otras.

Otras que sirven de material para seguir creciendo-aprendiendo. Intersticios es eso, es mi militancia a un espacio-tiempo (a lo Milton Santos, geógrafo negro, del sur de Bahía, de un Brasil subalternizado) en el registro academicista y cientificista, porque no estamos fuera de los factores de visibilidad e impacto, sino que jugamos adentro de la cancha de las indexaciones nacionales e internacionales, por un orden las cosas más justo e igualitario o en todo caso que se mantenga alerta a las desigualdades permanentes para denunciarlas y deconstruirlas. Con más fuerza en estos tiempos.

Digamos en grandes rasgos que siempre he tenido puesta la camiseta de la educación pública, luego la encontré latinoamericana, luego me di cuenta que tenía que ser una práctica descolonizadora, luego me atravesó la demanda intensa de decir “el patriarcado se va a caer” o mejor aún como escucho en las marchas “no se va a caer, lo vamos a tirar”…y bueno…ahí se completa un mapa no?, un mapa epistemológico-político que posibilita algo más que lo que la modernidad nos ha primero INVENTADO, y luego IMPUESTO.

 

De geografías, paisajes y terruños

Cuando me preguntas por cómo es el paisaje donde vivo, un poco te lo he respondido…es un paisaje de lucha y resistencia…hace casi 12 años que trabajo en la Facu de Filo en Filo latinoamericana y unos siete años conectando con Geografía y más precisamente una geografía poscolonial y allí en este último tiempo me he acercado a las lecturas de Nogué (geógrafo político diría yo) sobre el paisaje como constructo social. Por eso cuando me preguntas como es el paisaje donde vivo, es así trans-sido, un paisaje en movimiento y en construcción y debate, que por supuesto, se hace cargo de sus condiciones geo-políticas. Específicamente ahora hace dos meses me mudé a la Comuna San Roque, al interior de Córdoba capital, pero cerca. Siigo trabajando en la capital, pero la Comuna tiene una movida fuerte dentro del Valle de Punilla, en estos últimos tiempos, en relación a la “Autovía de Montaña”…un mega proyecto político neoextractivista y colonial del gobierno peronista de Schiaretti que avanzó sobre el territorio y sobre les cuerpes. Desde estas zonas ha nacido la Asamblea de montaña que ha puesto cuerpes en distintos lugares de discusión y que ha conseguido poner “ciertos” frenos a los avances.

La pregunta es permanente, la pregunta es siempre denunciante de las lógicas de dominio, opresión y subalternización. Educar situado creo que es un gran desafío que más de una vez conversamos con una compa, Sandra, que es central para entender que si te “desmontan” los cerros para extraer minerales y en ese acto contaminan a todes les seres vivos que habitan el territorio, que si te desforestan con grandes incendios y te desarticulan con invisibilización y con represión..lo que hay que hacer es DESARMAR  no? Cómo? habitando la sospecha permanente de qué no todo lo que vemos es real, sino más bien discursivo y siguiendo a gran Roig toca preguntar por quien enuncia en nombre de quien o quienes.

 

En ese sentido, ato tu última pregunta y retomo la experiencia de la palabra radiada, de Radiando Escuelas y puedo nombrarte al menos tres co-conducciones de programas, uno el dedicado a la Pachamama y cómo habitar esa celebración ese momento de agradecimiento que compartimos con una gran amiga y compa también la Vale y Max y Facu (parte del grupo de música Antawara, ampliamente recomendado!!!); el otro dedicado a seguir tejiendo este telar de “lo común” a partir de una práctica vivenciada y posibilitada por la cátedra de Ideas Menores de La Tinta con les compañeres de la Federación de Organizaciones de Base la (FOB) con el Cala y las compañeras de la Asamblea de Migrantes Córdoba, la Mili y la Janet; y el último de Feminismos y pedagogías donde vos y yo tuvimos la oportunidad de conversar en vivo y en directo en relación a nuestros sentires sobre el orden patriarcal, lo que implica en el entrecruzamiento de género/raza/cultura/sexualidad/territorio/edad, etc.

Fueron experiencias movilizantes, todas se conectan. No se muy bien qué me sale cuando junto gente, “vos juntas gente y hacés hablar hasta las piedras” me dice mi compa “el Santi” millones de veces, pero creo que esa es la forma no Vero? Nosotras nos conocimos por tu texto que fue publicado en Intersticios el en número anterior, reivindicando la lucha de las mujeres subalternizadas de Dolores en un mural hermoso, que está pintado en la pared de una escuela y que hoy va a ser la tapa del próximo número de Intersticios que sale ya en diciembre. Y así empezamos a hablar y fuimos dándonos cuenta de las cosas en común, de las palabras no dichas, de los abrazos dados por llamadas de wasap, abrazos que muchas veces acompañaron experiencias de vida cotidiana y eso es red, eso es tejido, entretejido, entre-afectos. Así nació nuestra entrevista en Radiando y así nació esta entrevista que demoró mucho, pero que posibilita mucho también, de lo que estoy sumamente agradecida y conmovida.

Cómo hacemos? No lo sé para todos los casos, sé que es un “quehacer” situado y permanente y qué nos va a pasar? y más a toda América latina (cosa que me han consultado) tampoco lo sé, si lo supiera perdería la sospecha, perdería la imaginación y la potencia que tiene sostener una y mil veces que no existe predeterminación de lo social. No sabemos lo que va a pasar, pero si podemos pensar sentidos generales y cuidar nuestro afectos, nuestro lazos comunes, nuestras capacidades de convocarnos nutridamente.

Te dejo con una pregunta de Raquel Gutiérrez Aguilar entonces: ¿Qué agendas, a partir de las experiencias de resistencia y rebeliones pasadas, se puede continuar aportando imaginación y esperanza de acción política colectiva?

 

 

Con muchísimo cariño y cercanía, desde las sierras cordobesas, un 28 de noviembre de 2019….para una gran amiga Vero!!

 

Ana Britos Castro

Colectivo Territorio Feminista (Bolivia)

Colectivo Radiando Escuelas– Radio Comunitaria La Quita Pata (Argentina)

Editora de la Revista Intersticios de la Política y la cultura. Intervenciones latinoamericanas. UNC

Integrante del equipo de investigación Interpelaciones críticas a las ciencias sociales y las humanidades. Indagaciones desde lo social a lo político en contexto locales: plurinacionales, populares-populistas, autonomistas y comunitaristas. SECyT-FFyH-UNC

Docente IES “Simón Bolívar”, Instituto Superior de Educación “Olga Cossettini”

Docente FES-UPC

[1]           Alude al mural colectivo, “Las olvidadas del bicentenario” pintado en la Escuela Nro1. Pedro Castelli, de Dolores por: Nicolás Tissone, Marina Casali Urrutia, Juana Mariñas, Raúl Cuking y quien esto escribe.

[2]           Aquí estoy tejiendo entre los Subalter Studies, estoy pensando en la propuesta de lo político de Chantal Mouffe y Ernesto Laclau, estoy pensando en lo necesario que se vuelve revisitar a Gramsci y estoy pensando también dos lógicas que son centrales para cruzar una filosofía que se nutra necesariamente de las ciencias sociales críticas: la lógica de la colonialidad del poder, Aníbal Quijano, Castro Gómez –dos de los referentes- y la lógica de la colonialidad del saber, Edgardo Lander.