Fue la primera conexión ferroportuaria a mediados de 1800, al borde del Riachuelo; las obras quedarán a cargo de la Acumar.

Parte del desarrollo del país se dibuja a la vera del Riachuelo. Allí, a pocas cuadras del tradicional paseo porteño Caminito, en La Boca, se asoma la Barraca Peña, un complejo edilicio construido para lograr la que fue la primera conexión ferroportuaria del país desde mediados del 1800. Hoy es un predio que está en desuso, pero existe una propuesta para recuperar el centenario lugar. La Autoridad de Cuenca Matanza Riachuelo (Acumar), el ente encargado del saneamiento del contaminado curso de agua y de su entorno, instalaría sus oficinas en una nueva edificación dentro del terreno, se encargaría de la puesta en valor del conjunto histórico y se ocuparía de continuar con la renovación del paseo costero.

El gobierno porteño envió a la Comisión de Planeamiento Urbano de la Legislatura un proyecto de ley para refrendar un convenio entre la Ciudad y la Acumar que prevé que este organismo haga usufructo del Conjunto Barraca Peña, situado sobre Pedro de Mendoza al 3000. También, para que lo catalogue como área de protección histórica.

De acuerdo con el texto al que accedió LA NACION, la Acumar aportaría los fondos para la puesta en valor del predio y, a su vez, construiría un nuevo inmueble para oficinas propias que albergarían a unos 500 empleados. Además, financiaría la segunda etapa del Paseo de la Ribera. El costo total asciende a $ 220 millones.

Barraca Peña está conformada por tres edificios que datan del siglo XIX: la vieja «lanera» (donde se prensaba y almacenaba lana para su comercialización) y una típica pulpería de época, en cuyo piso superior funcionaba un burdel. El tercero es un galpón en ruinas bajo el cual fue enterrada una embarcación del siglo XVIII, hallada en Puerto Madero en 2008 mientras se realizaba una excavación para construir un edificio privado. Oportunamente, los expertos consideraron que Barraca Peña era el mejor lugar para resguardar la nave.

«La Barraca Peña era un importante complejo del sistema de depósitos y medios de transporte que aseguraban un eficaz punto de transferencia para las exportaciones del mercado agropecuario. Se integraba un espacio de sociabilidad, como el almacén», explicó Marcelo Weissel, del programa Historia bajo las Baldosas.

El conjunto incluye el centenario puente ferroviario levadizo sobre el Riachuelo y la estación de tren Barraca Peña, la segunda de las más antiguas que quedan en pie en la ciudad.

Acciones

En la «lanera» se proyecta la creación de un centro de interpretación, de índole patrimonial y sobre ambiente. Además, se recuperaría la pulpería.

«Se va a generar un impacto positivo, ya que la llegada de un edificio público a esa zona, conocida como el barrio chino de La Boca, promoverá el desarrollo en un lugar hoy deprimido», dijo a la nacion Martín Renon, miembro del consejo directivo de la Acumar. Consultado sobre por qué se destinarán recursos a estas obras pese al atraso en la misión central del organismo, afirmó que integran el plan estratégico para la cuenca y que «no se les quitan recursos económicos» a los trabajos que afectan directamente el saneamiento del río y el mantenimiento de la ribera.

La problemática social en torno del Riachuelo es preocupante. Tal como informó ayer la nacion, el número de personas que viven a orillas de ese cauce contaminado es cada vez mayor.

El plan para Barraca Peña incluye la construcción de una plaza que unificaría el futuro inmueble de la Acumar con su entorno. Según el proyecto de ley, sería un «espacio de interacción social y de contenido simbólico, dado por el pecio enterrado y las edificaciones históricas».

El secretario de la Asociación Civil Amigos de Barraca Peña y colaborador del ex diputado Milcíades Peña, Gustavo Cañaveral, advirtió: «Es importante que se proteja el patrimonio». El arquitecto recordó: «Trabajamos con este tema desde 2004, cuando solicitamos al Ejecutivo que se pusiera en marcha un proyecto de fomento y desarrollo turístico de La Boca».

Entonces, la propuesta era que el galpón se transformara en un museo de elementos navales. También se consideró la creación de un centro de interpretación similar al proyecto actual. «En 2006, yo mismo apuntalé las ventanas de la vieja pulpería», indicó el ex diputado Peña a la nacion.

En 2013, la Justicia hizo lugar a un amparo presentado por el entonces legislador en el que se solicitaba la restauración del complejo. La fuerte tormenta de abril de 2012 había afectado paredes del galpón que, según las fuentes, colapsaron sobre el terreno donde está la vieja embarcación.

 

Fuente: La Nación