El cementerio

Debido al acelerado aumento de la población desde principios del siglo XX que gracias a la inmigración y a la prosperidad económica del país y sobre todo de la ciudad de Buenos Aires hizo que fuera necesario se creara una nueva y extensa necrópolis: el Cementerio del Oeste (1886) en el barrio de la Chacarita. Dentro del gran predio se organizaron por sectores los diferentes niveles socioeconómicos de los difuntos como directo reflejo de la población externa, la del mundo de los vivientes.

*Ingreso al área subterránea y perspectiva de un patio lateral.

 

La entrada al cementerio, de carácter monumental, es una imponente construcción neoclásica con una alegoría al juicio final en su grupo escultórico en alto relieve situado en el tímpano, una victoria alada coronando el vértice superior del frontón triangular con sus respectivas acróteras en las esquinas y un conjunto de columnas dóricas sobre piso de damero en mármol al que se accede por una breve escalinata. Luego de atravesar este majestuoso ingreso, en una versión reducida del cementerio de la Recoleta, se presentan entre calles rectas y diagonales las bóvedas neoclásicas, art nouveau y decò entre otros estilos de las familias pudientes de la época pujante argentina y que hoy luego de pasado un siglo para las más antiguas, se muestran en un lamentable estado de decadencia estructural. Yendo más allá de este conjunto de edificios se abre un extenso camposanto sin oropeles repleto de modestas cruces de madera sobre el llano de las sepulturas. Siempre en línea recta y hacia el fondo del predio funerario se halla el crematorio que también en estilo neoclásico fue creado en 1905.

Hacia mediados del siglo XX, en el rebautizado Cementerio de la Chacarita (1949), se comenzaron a ensayar los primeros panteones subterráneos que fueron ubicados cerca de la entrada principal. De estilo rigurosamente racionalista, el modo de agrupar una gran serie de nichos permitió aprovechar el espacio en áreas reducidas consintiendo a su vez la creación de parques en superficie a nivel sin contaminar la visión con construcciones y aportando espacios verdes al paisaje.

*Respiradero y detalle de la decoración con vidrio triturado.

 

El eje que va desde la entrada principal del cementerio hasta el crematorio atraviesa todo el predio funerario de casi 100 hectáreas cortándolo en dos partes prácticamente iguales con dirección Noreste-Sudoeste. En medio de esta línea y en forma de rombo: el Sexto Panteón.

La urbanista

Ítala Fulvia Villa (1913) es la sexta arquitecta argentina y única mujer de su camada recibida en 1935 y egresada de la Escuela de Arquitectura en la Manzana de las Luces de la capital argentina. Discípula del ingeniero Carlos María Della Paolera, quien proyectara y llevara a cabo la construcción de la avenida 9 de julio de Buenos Aires, adquiere los conocimientos necesarios para lo que luego se volverá su pasión: la urbanística.

*Vista de los dos subsuelos con muros y pisos revestidos de mármoles.

 

Villa, si bien había terminado sus estudios dos años antes que sus compañeros de facultad, vuela junto a ellos hacia Europa como viaje de fin de curso para conocer las vanguardia europeas. A partir de ese momento se empieza a gestar el nacimiento del futuro grupo Austral.

La arquitecta, ya de regreso en Buenos Aires, se constituye como el principal referente desde Argentina enviando planos, fotografías aéreas (entre las primeras en usar esta técnica aun hoy vigente) e ideas al estudio del maestro Le Corbusier en Paris para el proyecto urbanístico que el presidente Ortiz le propusiera para desarrollar en Buenos Aires. Los arquitectos Juan Kurchan y Jorge Ferrari Hardoy que se habían quedado en Europa estaban ya trabajando en su estudio parisino junto a él en el proyecto del Plan Director de Buenos Aires (1937).

Los conocimientos adquiridos por Villa de matriz urbanística adquiridos gracias a Della Paolera le permitieron a la determinada arquitecta capitanear el grupo de colegas conformado por exclusivamente hombres arquitectos.

*Detalle del revestimiento de un respiradero con laminas metálicas que separan los diferentes colores del vidrio triturado

 

Una vez terminada la experiencia del breve pero intenso grupo Austral la arquitecta se encarga a través de la Dirección General de Arquitectura y Urbanismo Municipalidad de Buenos Aires de proyectar y dirigir la expansión del cementerio de la Chacarita como también el de Flores, ambos en la misma ciudad. Sus conocimientos en urbanística son fundamentales para enfrentar desafíos de grandes magnitudes a diferencia de sus colegas con visiones más bien reducidas al interiorismo (como la creación de la legendaria BKF) o arquitectónica/escultórica del conocido Clorindo Testa.

Sin desmerecer la obra de Testa y sus logros e innovaciones en cuanto al brutalismo en Sudamérica, debería ser mayormente reconocida la gran importancia de una maestra como Ítala Fulvia Villa en cuanto a idear y planificar a gran escala situaciones que van más allá del simple proyectar urbanístico como las viviendas rurales y casas populares con replanificación de líneas ferroviarias cercanas a fabricas e incluso complejos olímpicos de deportes que nunca fueron realizadas.

Ítala Fulvia Villa muere en el año 1991 y sus restos descansan en un pequeño mausoleo del mismo cementerio de la Chacarita donde creo su obra más significativa.

Otros ilustres personajes de la historia argentina descansan también allí pero en una zona dedicada a las celebridades del arte y del deporte: Alfonsina Storni, Carlos Gardel y Quinquela Martin como mayores representantes de las diferentes artes.

*Perspectiva desde el primer subsuelo con vista del ingreso.

 

El Sexto Panteón 

La construcción del complejo monumental se llevó a cabo en tres fases que comenzaron en 1949 hasta su finalización en el ’66.

Recorriendo el parque suprayacente los panteones subterráneos planificado por Villa se encuentran una serie de estructuras y parapetos que más bien podrían clasificarse como esculturas, las cuales son funcionales pero otras juegan el rol de puro gusto estético decorativo.

La toma de aire y los tubos de expulsión del sistema de aireación para eliminar los malos olores de los subsuelos situados en la superficie exterior fueron decorados con la idea de integración con la jardinería del parque en la superficie a nivel. Como técnica se utilizó un revestimiento con vidrio triturado de diferentes colores siguiendo curvas decorativas a modo de abstracciones vegetales.

*Patio interno

Por otro lado, los jardines en los subsuelos, nacen como respuesta a un cambio en el proyecto inicial: en un principio debían ser espejos de agua que reflejaran luminosidad hacia el interior de los pasillos para evitar el efecto catacumba. Durante la ejecución de la obra esta idea del juego plástico del agua y de las fuentes fueron eliminados dando paso a una muy bien estudiada composición vegetal que no solamente ocupara las superficies horizontales subterráneas si no también una suerte de jardines colgantes con canteros adosados a varios muros perimetrales del visionario proyecto que fue el Sexto Panteón. Estas aperturas al exterior en el gran patio central y en los dos patios periféricos donan gran luminosidad al interior del complejo con la variada paleta de verdes de las plantas y geometrías decorativas que se revelan al espectador al asomarse por las barandas elegantemente estudiadas en sus dibujos desde los niveles superiores.

Al arquitecto Clorindo Testa, que en su juventud participo del proyecto a través de la Dirección General de Arquitectura y Urbanismo de la ciudad de Buenos Aires, se le atribuyen una serie de monolitos, bajorrelieves y las llamadas “pagodas”: los dos templetes en estilo brutalista de cemento armado que sirven como imponentes coberturas a los ingresos de las galerías subterráneas. Las columnas invertidas de varios metros de altura, en el nivel más bajo del complejo, es decir, dos subsuelos por debajo de la superficie a nivel. Por debajo de las grandes y amplias escaleras una serie de nervaduras las recorren como una espina dorsal esquelética dando una sensación de catedral gótica entre sombras y grises del hormigón martelinado que las componen.

* Interior del pasillo de una de las galerias

 

Las paredes que se asoman a los patios internos crean penumbras que ayudarían al regocijo espiritual de los visitantes con un diseño como de filigrana geométrica también en cemento armado de estilo modernista.

Paredes y pisos en mármol adornan el laberíntico Sexto Panteón entre juegos de luces y sombras, entre plantas y esculturas en hormigón como metáfora de un más allá subterráneo pero bello, silencioso y eterno.

Se agradece la colaboración de la Museologa María Elena Tuma a cargo del área de Patrimonio Histórico Cultural del Cementerio de Chacarita.

Referencias:

  • Maestras del espacio: Ítala Fulvia Villa. Canal Encuentro.
  • Nuestra arquitectura, numero 379, junio 1961.
  • Architecture Classics: Sixth Pantheon of Chacarita. Lea Namer. acom

 

Sebastián Pacheco

sebastian.pach@yahoo.com