Por Verónica Meo Laos

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¿Cómo leer un edificio? Los cientistas sociales saben muy bien que en lo social nada es natural, que la realidad es una construcción social y que si algo pasa desapercibido no es porque es así, sino porque ha sido naturalizado, es decir, se ha vuelto invisible y en este acto de invisibilidad hay un trasfondo ideológico que intenta atribuir a causas naturales los hechos sociales lo que se traduce en la imposibilidad de comprender los procesos sociales que guían los comportamientos en sociedad.

La mayoría de la gente pasa frente a cientos de edificios a diario sin reparar en sus diferencias o sus características. Por otro lado, algunos de ellos se han convertido en emblemáticos para el imaginario colectivo debido a su inscripción en narrativas heroicas. Sin duda alguna la Casa de Tucumán es un ejemplo cabal de ello.

La arquitectura tiene un lenguaje propio y como tal, posee una gramática que se apoya en tres aspectos: estilos según períodos, diferentes tipologías y materiales estructurales y todos ellos contribuyen a configurar la apariencia de las construcciones. No obstante, la estructura gramatical aun cuando proporciona un marco coherente dentro del cual puede leerse la configuración de los edificios, como toda producción social, no está exenta de conflictos.
En el libro La reinvención de la Casa de la Independencia. Usos Discursos y prácticas entre 1816 y 2007 (Grupo HABITAT, 2017), Oscar Andrés de Masi propone rastrear la dimensión de lo político detrás de los avatares que la célebre “casita de Tucumán” enfrentó desde que perteneció a una familia descendiente de fundadores y magistrados que amplia actuación en Tucumán y otras ciudades norteñas hasta la intervención experta de la Comisión Nacional, en 2007, que estableció un dictamen interpretativo en torno a la autenticidad e integridad de la casa declarada Monumento Histórico Nacional.
De la mano de de Masi, el lector recorre el devenir del edificio histórico donde se firmó la Independencia, una trayectoria permeada por las contradicciones propias de lo político, donde la lucha por la apropiación del sentido es una constante en la construcción de espacios de poder. Así pues, la fachada y el interior de la que había sido la vivienda de los Bazán- Laguna fue el campo de batallas simbólicas donde se instituyeron discursos de lo memorable cuyos protagonistas implican a reconocidas figuras del arte argentino, como la escultora Lola Mora .

La lectura de La reinvención de la Casa de la Independencia es una invitación a indagar en los indicios de aquéllas tensiones por debajo de la aparente quietud de la fachada de la Casa de Tucumán cristalizada en el sentido común y reproducida hasta el cansancio en las imágenes escolares. Pero también es una invitación a reconocer la arquitectura en términos de discurso cuya trama interna amalgama una serie de elementos integrados de manera coherente de acuerdo con reglas internas y que están históricamente determinados.