Con una iniciativa muy audaz, el Reino Unido le otorga por primera vez prioridad a sus ciclistas y peatones. La ciudad está ejerciendo un control sobre los rascacielos mediante la promulgación de nuevas normas que influyen en su diseño con el fin de evitar la creación de túneles de viento.

El motivo que impulsó la elaboración de esta nueva normativa se basa en la preocupación existente de que los rascacielos generen túneles de viento capaces de derribar a ciclistas y peatones. La “City of London Corporation” declaró que estas nuevas directrices no respondían a ningún incidente en particular. Sin embargo, recientemente se han incorporado al skyline de la ciudad una serie de edificios de importante altura, tales como el Edificio Leadenhall y el Walkie-Talkie de 39 pisos. También, se están construyendo 6 nuevas obras y 7 están recibiendo autorización para su planificación, con alturas que oscilan entre los 78 y 305 metros.

«Con el número de edificios altos construyéndose en la zona, es importante que se tengan debidamente en cuenta los efectos secundarios producidos por el viento en el nivel de la calle recientemente descubiertos.» – Alastair Moss, presidente del comité de planificación y transporte de la corporación.

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© Yotily/ Shutterstock

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Los informes sobre el tema emergieron a la superficie después de que «la torre del Bridgewater Place causó múltiples cierres en las carreteras e incluso la muerte de un peatón, cuando un camión voló por el aire»; y el diseño del Walkie-Talkie, terminado en 2014, provocó peligrosos e intensos reflejos de los rayos solares en las calles circundantes, sumado a que las condiciones del viento se reportaron como inestables en las zonas adyacentes. Muchos ciclistas también han experimentado problemas en la calle Bishopsgate, lugar donde se encuentra la “Heron Tower” de 230 metros, la torre más alta de la ciudad.

«En cualquier lugar que se construya un edificio de gran altura se genera que, donde antes podías andar felizmente en bicicleta, han comenzado a existir ‘muros de viento’. De repente puedes encontrarte en una verdadera lucha por circular. En la prisa por construir edificios altos, nadie ha reflexionado en lo que esto significa para los que aspiramos a hacer que el ciclismo y los desplazamientos peatonales sean más sencillos y seguros. Es genial que ahora alguien haya empezado a considerarlo.» – Roger Geffen, director de políticas en “Cycling UK”.

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© Lara Ra/ Shutterstock

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Estos nuevos conjuntos de reglas solicitan que los desarrolladores proporcionen datos de evaluaciones de seguridad, estudiando cómo se verán afectadas las personas por sus edificios a nivel peatonal, utilizando modelos a escala detallada y simulaciones por computadora. La ciudad de Londres también reducirá los valores tolerables de las condiciones de viento y clasificará cualquiera que supere los 8 metros por segundo (18mph) como incómoda. Los lineamientos más estrictos incluyen la evaluación de los impactos del viento en el comienzo del desarrollo del diseño y controles adicionales en los sectores expuestos cercanos al Támesis, escuelas, parques u hospitales.

«Existe un riesgo bien documentado de que estos “cañones de hormigón” crean condiciones de viento en las que los peatones pueden perder su estabilidad y los ciclistas pueden ser empujados lateralmente hacia los caminos por los que circulan los vehículos motorizados«. – Simon Munk, Campaña de Ciclistas de Londres.

Fuente: The Guardian