Por Ana Gamas*
La Plaza de Toros del Real de San Carlos, se ubica en la ciudad de Colonia del Sacramento-Uruguay. Los estudios arqueológicos surgen de la necesidad de evaluar las intervenciones superficiales y sub-superficiales, como resultado de la Rehabilitación y Re-funcionalización de la Plaza de Toros y el posible impacto que puede generar dichas obras sobre este Patrimonio cultural. Se trata de un contexto histórico-patrimonial altamente significativo, el complejo en su totalidad comprendía un hotel, un frontón de paleta vasca, una usina eléctrica y un muelle.
Los bienes arqueológicos dentro del territorio nacional se hallan protegidos por la ley nacional Nº 14.040 (promulgada en octubre de 1971), así como su Decreto regulatorio 536/972 (Agosto de 1972). Por otro lado el Barrio Histórico de Colonia del Sacramento fuer declarado Patrimonio de la Humanidad en el año 1995; la protección actual (2021) alcanza además un área buffer del mismo.
La intervención arquitectónica consistirá en la puesta en valor y el nuevo uso en parte de la edificación. Para ello se realizarán obras de rehabilitación y re funcionalización, con la finalidad de transformarlo como Centro de Espectáculos Culturales y Deportivos.
MARCO DE ACTUACIÓN
La Arqueología Histórica y/o Urbana, investiga con el propósito de reconocer los procesos socioculturales que han actuado- entre otros- sobre paisajes culturales; bajo una óptica antropológica permite abordar la conformación de un sitio desde un punto de vista sistemático y dinámico.
La UNESCO mediante la “Recomendación que define los principios internacionales a aplicar en materia de excavaciones arqueológicas» adoptada por dicho organismo en 1956 y posteriormente por la Carta de Venecia en 1964, recomendaba la realización de actividades arqueológicas antes y durante cualquier intervención en sitios históricos. Estas posturas se reafirman en 1990, cuando se expresa que un sitio arqueológico no es un «fósil arqueológico» a ser preservado intocable. Al contrario, su protección y su gestión están indispensable y esencialmente ligadas a la necesidad de estudios e interpretaciones de los arqueólogos (ICOMOS, 1990).
El patrimonio arqueológico debe ser preservado en el marco de una política de «conservación integrada», es decir, integrar sistemáticamente las actividades locales desarrolladas por quienes habitan el área. Las actividades educacionales, culturales, turísticas son elementos afines de ser incorporados en las acciones y puestas en valor, al momento de intervenir en los sitios históricos.
Colonia del Sacramento ha sido centro de innumerables hallazgos arqueológicos relacionados con la rica historia de ocupación.
Su primer asentamiento europeo (1680) se produce cuando la Corona Portuguesa, bajo el reinado de Pedro II, designa a don Manuel de Lobo la tarea de fundar un poblado frente a Buenos Aires en la margen oriental del Río de la Plata. Esta fundación es estratégica para los objetivos políticos-económicos de la corona portuguesa, pero la posesión de estas tierras será motivo de enfrentamientos bélicos y posteriores tratados con la corona española hasta la época revolucionaria-independentista.
Las fuerzas españolas que ponían sitio a Colonia del Sacramento ocuparon un área designada como Quartel General en 1736, donde la zona se destaca como lugar ocupado luego del repliegue. Las tropas estaban compuestas por indios tapes, dragones, soldados de infantería y artillería. En el año 1761 se instala un puerto con una guardia propia, allí se abastecía a las tropas españolas de víveres y materiales de construcción. El sitio adquiere una relevancia tal, que el Maestre de Campo, General Pedro Ceballos, eleva el lugar al grado de “Real”, nominándolo “Real de San Carlos”, en honor al Rey regente, Carlos III de España.
La zona acompañó la dinámica y el desarrollo de actividades de la incipiente ciudad de Colonia del Sacramento; siendo una posición de alto valor estratégico, así como una vía de tránsito utilizada hacia el Río de la Plata.
LA PLAZA DE TOROS DEL REAL DE SAN CARLOS
A nivel histórico las corridas de toros en Colonia se realizaban desde 1885. En noviembre de dicho año se realizaron varias corridas de toros, presentándose con ganadería local en un principio y luego con toros españoles. La primera plaza de toros en la ciudad fue concesión del empresario Anastasio Mateo, hasta que la Junta Económica Administrativa de Colonia canceló su permiso. Tres años más tarde, Francisco Zurrón organizó una Feria de Sevilla. Para 1889, existía una precaria plaza de toros de madera, ubicada en la manzana de la actual Intendencia de Colonia.
Ya establecida la República a fines del siglo XIX, la zona del Real de San Carlos adquirió un mayor desarrollo, junto a ello llegaron los fuertes emprendimientos comerciales y empresariales. Como es el caso de Benjamín Manton, quien en la década de 1890 instaló la Compañía de Energía Eléctrica y el teléfono, además de viñedos, una bodega y un importante establecimiento ganadero.
En diciembre de 1908, el empresario argentino Nicolás Mihanovich (hijo) decidió desarrollar un emprendimiento turístico conformado por una plaza de toros, un hotel casino, un frontón euskaro y una terminal portuaria, con el objetivo de atraer al público argentino. Comenzó su mega emprendimiento con la construcción de la plaza de toros, inaugurándose el 9 de enero de 1910. El complejo turístico contó con grandes atracciones de excelente calidad. El proyecto arquitectónico lo llevó adelante Josip Markovich (de origen croata) y los ingenieros Juan Dupuy y Dobranick, de Buenos Aires.
La edificación de la plaza se realizó en seis meses, al finalizar los trabajos, los obreros de la construcción permanecieron para apoyar las tareas en los corrales y las funciones de la plaza de toros. La concesión de la plaza quedó en manos de los empresarios Arturo Pereira y Juan Malet, con Juan Manuel Caballero como Administrador General. El proyecto de Mihanovich siguió creciendo hasta que el Presidente de la República, Dr. José Batlle y Ordoñez, decretó el fin de las corridas de toros en todo el territorio nacional, en el año de 1913.
INTERVENCIONES ARQUEOLOGICAS
La propuesta de intervención arquitectónica se basa en una Re-funcionalización y Reutilización de la misma. Estos términos son utilizados para referirse a la renovación de un edificio con base en las necesidades contemporáneas, pero respetando su carácter y valores históricos. La re-funcionalización, no implica necesariamente cambio de uso, sino el volver a poner en función (prevalece el hecho físico) y la reutilización, refiere especialmente a la puesta en uso de los edificios (prevalece el hecho social).
Los trabajos arqueológicos llevados adelante consistieron en una etapa previa de sondeos (realizados por otro equipo arqueológico); por último la realización del seguimiento en obra (llevado adelante por la autora de este artículo y su colega A. Castillo). Los trabajos consistieron en el relevamiento de todas las excavaciones necesarias para la nueva sanitaria, eléctrica, levantamiento del piso interno baldosa (en un tercio del total), sector de veredas. Se incorporó además una intervención específica en el sector de las letras RSC (Real de San Carlos) originales, relevamiento de marcas de herrería, conteo de bulones por cada pórtico y puestas en valor.
La labor diaria permitió:
1) realizar la reconstrucción del tendido de cañerías para el abastecimiento de agua desde el pozo hasta los baños y otros sectores.
2) ubicación de los pluviales de gran porte.
3) geo-referenciación vereda externa original.
4) hallazgo de materiales utilizados en la construcción de otros edificios del complejo, ej. frontón de pelota vasca.
5) una sección de piso original con escalón, con baldosas de color morado y con terminación en platea de hormigón con varilla acanalada.
6) estructuras de hormigón sin aparente funcionalidad
RESCATE DE LETRAS (IDENTIDAD SALVAGUARDADA)
Las letras originales de la Plaza de Toros (RSC) cumplían la función de dar la bienvenida al público. Al momento de la obra, se hallaban en un proceso avanzado de deterioro. Se procedió al rescate de las baldosas sanas y de un área específica de una de las letras (R); el resto fue levantado y sustituido por una nueva versión. Los trabajos contaron con el apoyo de la Escuela de Artes y Oficios. Inicialmente y con el objetivo de realizar un correcto registro del pavimento; se realizó el levantamiento digital por medio de Estación Total, además de croquis a escala de algunos fragmentos y detalles del diseño. Todo el proceso fue acompañado de un extenso registro de fotografía digital.
LA CADENA DE VALOR PARA UNA GESTIÓN INTEGRAL DEL PATRIMONIO
Gestionar es administrar un bien o recurso cubriendo un ciclo de valoración y uso completo del mismo. Se inicia con su descubrimiento, pasa por una evaluación, las posibles intervenciones sobre mismo y culmina en la puesta en valor. Esto implica aplicar conocimiento y administrar recursos para resolver problemas concretos. Este proceso se alcanza a través de una doble instancia: aportando los elementos necesarios para su conocimiento y articulando la información documental con los testimonios materiales visibles. Así se crea el escenario para un conocimiento comprensivo de dichos bienes, en el cual adquieren valor y significado. Asumiendo que el conocimiento científico es una construcción social, entendemos que la difusión de los resultados debe producirse durante el proceso y en todos los niveles de la sociedad.
Arqueóloga, técnica museóloga, investigadora.
Especialista en turismo sostenible