La Escuela Primaria N°11 D.E. 21 es la primera construida dentro del Plan Nuevas Escuelas, desarrollado en conjunto entre los dos Ministerios. Localizada en el Barrio Papa Francisco de la Comuna 8 —sirviendo directa y casi exclusivamente a los habitantes de la Villa 20, como parte del Proyecto Integral de Re-urbanización (PRIRU)— el edificio escolar inicia la materialización de un importante proceso de reconversión urbano-social.

 

La Educación de Calidad es el cuarto de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, planteados en 2015 por la Asamblea General de la ONU.

En línea con este objetivo global primario —“Garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos”—  el Ministerio de Educación e Innovación de la Ciudad de Buenos Aires ha desarrollado desde entonces nuevos planes y proyectos de arquitectura escolar pública.

Junto a los nuevos conceptos pedagógicos de flexibilidad, adaptación a los cambios tecnológicos y formación para el futuro, los nuevos proyectos de arquitectura escolar locales responden a objetivos de sostenibilidad adoptados globalmente y a la creación de “Entornos de Aprendizaje Eficaces” (una de las tres “formas de ejecución” que la Agenda 2030 señala para lograr la concreción del mencionado objetivo).

Nuevas Escuelas es uno de los nuevos planes que renuevan espacios de la ciudad y la oferta educativa local.

La etapa de proyecto y el diseño final del Plan Nuevas Escuelas fue guiado y definido en base a tres premisas: Libertad de uso, Interacción urbana y Actualización técnica. En Papa Francisco, esos puntos claves se hacen visibles fácilmente.

La primera característica que se comprueba y se muestra diferente de lo que hasta hoy podemos identificar en cualquier escuela de la ciudad  es la “interacción urbana”. Aun cuando el entorno inmediato de este nuevo edificio escolar se encuentra en plena obra (etapas medias y finales del mencionado PRIRU), se destacan dos espacios: lindando con la vereda de acceso desde Avenida Escalada, un patio descubierto enmarcado por mallas metálicas semitransparentes en donde alumnos de edades diversas juegan despreocupados y, sobre el lado opuesto del lote, un patio interno de 80 metros cuadrados de superficie destinado para recepción del alumnado y espera de los padres, también con cerramientos semitransparentes hacia la calle. Como parte de la nueva tipología de diseño para las nuevas escuelas de Ciudad de Buenos Aires, este espacio-fuelle libera el espacio público pasante y al mismo tiempo define una prolija área de encuentro con las familias.

Una vez en el interior del edificio es posible identificar las otras dos premisas de proyecto. La “libertad de usos” es clara en los pisos primero, segundo y tercero, en donde se desarrollan tanto las clases regulares como especiales (plástica, tecnología, música). Las aulas, cuyos espacios son mucho más altos y luminosos que los tradicionales para estos usos, se vuelcan y agrupan en torno a una única área de dimensiones generosas (400m2) y proporción cuadrada, utilizada para congregación, juego y descanso de los niños. Con alturas totales internas, en toda la escuela, de 3.70 metros, las aulas presentan un sistema de aventanamientos novedoso que ofrece visuales hacia el cielo y permite la entrada de luz natural, mientras que regula la privacidad y limita la distracción. En la parte superior, sin cortes con el cielorraso, una tira continua de paneles de vidrio fijos recorre todo el perímetro de cada aula, por lo que también permite la conexión visual y llegada de luz natural hacia el patio interno integrador; en la parte inferior, la superficie aventanada es mucho menor y está cubierta por detrás con unas placas metálicas semitransparentes, casi opacas, que se hacen parte de la fachada.

En correspondencia con este tipo de construcción y cumpliendo con la premisa de diseño de “actualización técnica”, todos los espacios de cada piso —aulas y patio integrador— presentan un cielorraso acústico de placa de durlock en donde también se encuentran los puntos de inyección de aire frío/calor. En esta escuela en particular, en donde las instalaciones de gas locales son inexistentes, el sistema es eléctrico en su totalidad y ofrece este tipo de posibilidades que aumentan el nivel de confort.

Detalles como el ajuste a la normativa vigente de accesibilidad plena, incorporación de ascensores para personal docente, una terraza de 500 metros cuadrados acondicionada para usos deportivos, cocinas de regeneración y comedores con amplias visuales hacia el exterior completan una nueva tipología funcional escolar que, además y especialmente, es única para un barrio que hasta hace poco tiempo era un asentamiento puramente informal. De algún modo, ofrecer e incluir este tipo de grandes detalles implica un proceso de adaptación social positivo y genera nuevas situaciones de pertenencia que en ámbitos de educación son esenciales.

La fachada es el punto en donde el diseño original no ha sido posible al cien por ciento. Originalmente planteada como una estructura metálica continua que cubriera por completo cada uno de los cuatro frentes, la misma se limitó a cubrir las superficies de los aventanamientos. Este sistema, que facilita la limpieza de los vidrios y otorga seguridad, se materializa con rejas de hierro galvanizado desplazadas 60 centímetros de la propia línea de fachada. Desde el exterior, confiere al volumen un cierto juego visual dado por la alternancia de los elementos metálicos linealmente continuos y franjas pintadas de blanco. Una imagen que, además de nueva, se torna llamativa en el entorno local.

La escuela del Barrio Papa Francisco se construyó en un tiempo record de ocho meses. En este caso, el Ministerio de Educación e Innovación del Gobierno de la Ciudad firmó un convenio con la Bolsa de Comercio de Buenos Aires en Abril de 2018, por medio del cual la entidad financiera se comprometió con la completa ejecución de la misma, como contribución al sistema de educación porteño.

Materializando una nueva imagen de líneas modernas y un mejorado diseño funcional que se adapta a nuevos sistemas de enseñanza y pedagogía, la primera de las Nuevas Escuelas sirve a un área de la ciudad históricamente relegada y provee un cupo anual de 420 alumnos en nivel primario.

 

Fuente: Arqa