Una obra que creció con la ciudad. Sus inicios se remontan a 1599, se derrumbó. Volvió a levantarse y fue declarada Monumento Histórico Nacional.

Patrimonio y emblema de nuestra ciudad, la catedral fue casi un registro del origen mismo de Córdoba. Los planos datan de 1577 y empezó a construirse en 1599, pero ese edificio original se derrumbó en 1677.

Años después, en el mismo lugar, se inició la construcción de esta joya de la arquitectura colonial. Fue librada a los fieles el 25 de mayo de 1578 y consagrada en 1784.

Estilo 

En su frente no hay unidad de estilo, por haber intervenido distintos alarifes, pero se la reconoce como un magnífico monumento, único en el país.

Para el arquitecto Jaime Roca, “el pórtico pertenece al renacimiento clásico. Las torres y cúpula son de un acento puramente barroco, con elementos indígenas en la decoración,  mientras que los torreones de la cúpula le dan un carácter románico español.  En las torres y en la cúpulas se advierte el arte indoamericano”.

El cimborrio es obra de fray Vicente Muñoz (Sevilla, España), iniciado en 1754 y terminado en 1761. Es barroco y todo un símbolo de la Córdoba cristiana y católica. 

En tanto, en las dos torres (1770) se destacan los ángeles indígenas. Entre ellas está emplazado el “Cristo Redentor”, traído de Francia y colocado en 1901. Sobre las falsas ventanas frontales, las “veneradas”, símbolo de los peregrinos, figuras algo rústicas y tal vez indígenas.

Atrio y pórtico

Antiguamente, el atrio estaba cerrado por pilares y rejas, que después se sacaron. En 1878 se colocaron las tres puertas forjadas por el artesano Fidel Massa.  La puerta cancel de entrada, de madera de las misiones, perteneció a la iglesia de la Compañía de Jesús, hasta la expulsión de dicha orden en 1767. Las puertas de algarrobo están adornadas con tachones y llamadores de figuras estilizadas. Bajo el pórtico, la urna con las cenizas del Deán de la Catedral doctor Gregorio Funes, antiguo Rector del Colegio Convictorio de Nuestra Señora de Monserrat y de la Universidad Mayor de San Carlos.

En la segunda década del siglo 20 se iniciaron las obras de pintura y decoración que cambiaron el interior de la Catedral. Son murales, sobre bocetos del catamarqueño Emilio Caraffa, quien contó con colaboradores como Manuel Cardeñosa y Carlos Camilloni, entre otros.
La Catedral de Córdoba es Monumento Histórico Nacional desde el año 1941.

Fuente: Catedral de Córdoba