por Verónica Meo Laos

veronica.meolaos@gmail.com


 

Entrevista con Clara Inés, directora editorial de Elemento Disruptivo

 

Elemento Disruptivo es una editorial in(ter)dependiente o, lo que es lo mismo, es una trama de personas, ideas, voluntades, intereses, sinsabores, alegrías, proyectos y sueños hechos realidad. Como la humanidad misma.

Lo disruptivo es algo que interfiere de manera abrupta y perturba el statu quo establecido. A partir de la aparición en escena de ese elemento, toda calma, toda armonía es alterada y nada volverá a ser como antes. ¿Cuál vendría a ser el equilibrio en estos días de individualismo, nihilismo, hedonismo, exitismo y consumo opulento? Probablemente sus antagonistas: la cooperación, el humanismo, la interdependencia, la sensibilidad, las utopías, la vita activa o, en otras palabras, el trabajo que produce comunidad. Para saber más sobre los  elementos que disrumpen desde la editorial interdependiente homónima, “Clara Inés”-verdadero nombre propio o estandarte-  dialogó con HABITAT sin dejar de lado en ningún momento la alegría contagiosa que sonríe desde la mirada.  Quizás ese sentido del humor genuino sea el mejor ejemplo de lo disruptivo en sí mismo. Y todos nosotros, agradecidos.

 

Habitat: ¿Qué es Elemento Disruptivo?

Clara Inés: – Elemento Disruptivo se funda en 2014 bajo la premisa de generar una casa editorial como punto de encuentro y partida tanto para el cobijo a poetas, como espacio para el debate y la investigación.

Pero lo más importante y lo único que debería decir es: somos un hogar y una excusa para encontrarnxs con otrxs.

 

H.: ¿Quiénes trabajan allí? ¿Podemos hablar de trabajar o qué palabra considerás más pertinente?

C.I.: – El plantel “estable” (lo que nuestra estabilidad emocional nos permita, al menos) somos: Agostina Fanucchi, María Peracca (ahora desde Nueva Zelanda) y yo: Clara Inés.

Nos cuesta pensar en términos de trabajo porque nos cuesta pensar en términos de “la pega” es decir: el sufrimiento al que los esclavos eran sometidos, no sé si me atrevería a pensar en que trabajamos y pasar por alto el significado histórico o etimológico. Nosotras solemos decir que conformamos un proyecto, que somos parte de algo que nos reconoce como sujetxs sentipensantes y no nos expone a los devenires del yugo.

 

H.: ¿Cuál es tu rol?

C.I.: – Soy la directora editorial de Elemento Disruptivo: pienso el catálogo y me dedico al trabajo directo del material escrito con lxs poetxs.

 

H.: En lasredes sociales es posible encontrar una entrevista que te hicieron donde hablas de que el sistema capitalista se basa en el éxito o el fracaso y que ED está por fuera de esa dicotomía, porque hace libros ¿Sobre la base de qué parámetros decide entonces?

C.I.: -Quiero pensar que Elemento Disruptivo no hace libros con ninguna finalidad más que el oficio en sí: hacer un libro para nosotras es encontrarnos, juntarnos, pensarnos, construir un afecto… y ahí es donde no le hacemos el juego al capitalismo: no pasa por si vendo libros y tengo ganancias pasa por cómo construimos los términos de intercambio: entre pares, para todxs. Lo cual no aplica a todas las editoriales: para mí si te estás midiendo todos los meses en términos competitivos y te prendés a esas olas del tipo: “los libros más vendidos” o el “top de ventas de la semana en la librería pirulo” te estás entregando a lo inmaterial (aunque “rentable”): el éxito o el fracaso. Si vendés tenés éxito y sino, fracasás ¿Cómo le voy a decir a unx autorx que se animó a escribir su experiencia de cambio de género o su salida del closet o su relato sobre su experiencia más dolorosa: ay, lo siento, no vendiste, no me sirven más tu textos? ¿Esa es la literatura que queremos construir? ¿Un mercado que nos elimine como sujetxs sentipensantes? Bueno, Elemento Disruptivo hace casa en ese concepto, el de sujetxs sentipensantes, y así es como desarrollamos las publicaciones siempre con esa premisa como bandera.

 

H.: ¿Cómo es el proceso de selección, producción y distribución de los libros?

C.I.: -Antes que nada, arduo. El proceso de selección tiene dos maneras: a veces recibimos manuscritos y/o propuestas de publicaciones que nos interesan y pactamos un cronograma laboral y, otras, salimos en búsqueda de autorxs muy influenciadas por nuestras lecturas en redes o por cosas que escuchamos en ciclos de poesía y festivales. Le damos mucha atención e importancia a las lecturas en vivo, la mayoría de nuestro catálogo se construyó a partir de esos espacios.

El proceso de producción dura entre 6 y 10 meses. Primero hay un trabajo que se hace conmigo que es, básicamente, una clínica de obra, luego Agos se dedica a pensar una gráfica que surge de la lectura que hace del libro y por último todo cae en María que piensa en las maneras de difusión de la obra y en la presentación.

La distribución la hacemos por nuestra cuenta: nos preocupa mucho tener vínculo directo con lxs librerxs a quienes le confiamos nuestro catálogo. Nos preocupa y nos importa. Las tres somos bichos de librería y creemos que el vínculo con lxs trabajadorxs del espacio es fundamental para la buena circulación de nuestro material.

 

H.: ¿Se definen como independientes?

C.I.: -Hace poco un colega usó la palabra interdependiente para definirse y nos queda muy bien esa idea. Nosotras necesitamos lxs autorxs, de lxs lectorxs, de lxs librerxs, de lxs compañerxs editorxs, de lxs amigxs… No somos una isla, ni estamos en una ni nos pensamos solas.

 

H.: ¿Se relacionan con otras editoriales por fuera del mainstream?

C.I.: -Me atrevería a decir que solo nos relacionamos por fuera del mainstream no porque tengamos algo contra esos proyectos “de renombre” sino porque nuestro ambiente de circulación es otro, venimos de la contraculturay a la contracultura vamos.

 

H.: ¿Qué alegrías te deja esta labor? ¿Y sinsabores?

C.I.: -Amo este oficio, lo descubrí hace cinco años atrás cuando fundábamos Elemento Disruptivo y, de pronto, me volví a encontrar conmigo y con mi capacidad creadora. No solo hago publicaciones, me conecto con otras personas, genero nuevos afectos, abro puertas a nuevas lecturas. Vaya tarea y ¡Qué gratificante suena decirlo! Pero, como buena transfeminista aguafiestas que no vive de la joie de vivre, el mayor sinsabor de esto es la explotación a la que caemos lxs famososxs “emprendedorxs”. Si bien intentamos todo el tiempo no generar una explotación capitalista la mayor parte del tiempo tenemos que luchar contra nuestros impulsos de producción exitista.

 

H.: ¿Qué tienen previsto publicar este año?

  1. I.: -Este año saldrán tres títulos de la colección Hagamos un altar (que tiene como fin pensar a la poesía como una ofrenda): Entonces sopla el viento de Adrián Agosta sale en junio, luego un poemario de Martina Cruz (cuyo título está definido) y el tercero de la colección es de Guillermo Villani que tampoco tiene título por el momento.

También en junio saldrá una segunda publicación de la colección Telegramas (en donde invitamos a poetas que no residen en Capital Federal a escribir poemas breves y urgentes) con tres poetxs de Córdoba: Camila Vazquez, Luciana Mora y Nitsuga. La presentación se hará en Río IV.

 

H.: ¿Cómo acceder al catálogo?

  1. I.: -A través de redes sociales: en instagram @edisruptivo_ y en facebok: www.facebook.com/edisruptivo

 

Clara Inés dixit

Clara Inés cuyo apellido nunca mencionaremos, nació un 29 de noviembre de 1991 en Villa Ballester, lugar que abandonó prontamente para irse a Villa María. A los 18 años se mudó a Capital Federal para estudiar Paleontología, carrera que abandonó para estudiar Artes Combinadas, que luego abandonó para estudiar Corrección de Textos, que luego abandonó para dedicarse a la cocina. Amante acérrima de los oficios, en 2014 fundó una editorial junto con dos amigues, en 2018 fundó una segunda editorial, todavía no abandonó ninguna (ni lo hará). Publicó «Hora pico, poemasparaleeralasapuradas”, «Oda a los ’90», “( )” por Elemento Disruptivo y Cemento fresco por Ausencia Editora. De momento está escribiendo una novela, quizás también la deje. Ama, aprende y abandona rápido. Todavía no murió.