Según la secretaria ejecutiva de CEPAL, Alicia Bárcena, la crisis del coronavirus «pasará a la historia como una de las peores que el mundo ha vivido».

La secretaria ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), Alicia Bárcena, advirtió que la pandemia del coronavirus tendrá efectos devastadores sobre la economía mundial, seguramente más intensos y distintos que los sufridos durante la crisis financiera global de 2008-2009. Y los países de América Latina y el Caribe no estarán ajenos a ellos, ya que serán impactados a través de varios canales.

El coronavirus -añadió- afectará a la región a través de cinco canales.

Primero, por la disminución de la actividad económica de varios de los principales socios comerciales en las exportaciones de bienes de los países de la región. China, por ejemplo, es un destino importante para las exportaciones de varias economías latinoamericanas, siendo el principal socio comercial en los casos de Chile, Perú y Brasil. CEPAL estima que las exportaciones de la región a ese destino podrían caer hasta 10,7% en valor.

Un segundo canal proviene de la caída en la demanda de servicios de turismo, que impactaría más severamente a los países del Caribe. Se calcula que si la prohibición de viajes se prolonga por uno, dos, o tres meses, la actividad turística en el Caribe, por ejemplo, se contraería en 8%, 17% y 25%, respectivamente.

Un tercer canal se daría a través de la interrupción de las cadenas globales de valor. Esto afectaría principalmente a México y Brasil, países que importan partes y bienes intermedios desde China para sus sectores manufactureros (en especial en los casos de repuestos para automóviles, electrodomésticos, productos electrónicos y farmacéuticos).

Un cuarto canal se da a través de la caída de los precios de los productos básicos (commodities), sobre todo para los países exportadores de materias primas.

Por último, un quinto canal de transmisión se deriva de la mayor aversión al riesgo de los inversionistas y el empeoramiento de las condiciones financieras globales. «Parte de estos efectos ya se aprecia en la fuerte disminución de los índices bursátiles en la región», ejemplificó.

Según Bárcena, la crisis del COVID-19 pasará a la historia como una de las peores que el mundo ha vivido.

Explicó que la enfermedad pone en riesgo un bien público global esencial, la salud humana, e impactará a una ya debilitada economía mundial y la afectará tanto por el lado de la oferta como de la demanda, ya sea a través de la interrupción de las cadenas de producción -que golpeará severamente al comercio mundial- como a través de la pérdida de ingresos y de ganancias debido a un alza del desempleo y mayores dificultades para cumplir con las obligaciones de deuda.

«América Latina y el Caribe, así como otras regiones emergentes, se verá afectada negativamente», declaró la máxima autoridad de la CEPAL.

Recordó que la región creció a una tasa estimada de apenas 0,1% en 2019, y que los últimos pronósticos de la Comisiónrealizados en diciembre pasado preveían un crecimiento de 1,3% para 2020. Sin embargo, «las proyecciones han sido revisadas a la baja significativamente en el actual escenario», señaló. Anticipó que en estos momentos, la CEPAL estima una contracción de -1,8% del PIB regional, lo que podría llevar a que el desempleo suba en diez puntos porcentuales. Esto llevaría a que, de un total de 620 millones de habitantes, el número de pobres en la región suba de 185 a 220 millones de personas; en tanto que las personas en pobreza extrema podrían aumentar de 67,4 a 90 millones. Fuente: Ámbito