Verónica Gabriela Meo Laos

veronica.meolaos@gmail.com


 

Matilde Tisnés es marplatense según consta en el Registro Civil pero su vida transcurrió en Maipú, ciudad bonaerense hacia donde su familia se mudó cuando ella era muy pequeña. Matilde es una de las siete hermanas nacidas en dos tandas, las primeras cinco todas seguidas y, después de 11 años, cuando ya vivían en Maipú, nacieron las dos últimas, Sara y Rosario. Actriz, directora, formada en la Universidad del Centro y en Club de Teatro, también es docente, acompañante terapéutico y estudiante de Diseño Industrial. Con una larga trayectoria, dirigió los grupos “La gurisa” y, desde 2014, “Vagabundos”. Para hablarnos de este último y de la obra “Inodoro Pereyra”que la llevó de vuelta a sus pagos, dialogó con HABITAT.

 

HABITAT: -¿Sos marplatense o maipuense?
Matilde Tisnés: – Nací en Mar del Plata pero nunca viví ahí. Mis papás y hermanas ya vivían en un campo a 25 km de Maipú. Y ahí estuvimos hasta que yo tuve 7 años, momento en que nos mudamos a Maipú ciudad.
Estimuladas por mamá y papá hacíamos todas las actividades artísticas, culturales y deportivas que se nos cruzaban. Así fui dando con personas y lugares que me marcaron. Hubo un espacio donde se conjugaron varias cosas juntas: La Sociedad Italiana. Ahí aprendí el idioma, la conocí a Marina Golé, y descubrí el teatro. En esa sala donde presentamos por ultima vez nuestro querido Inodoro Pereyra, el sábado 16 de marzo de 2019, yo me enamoré del teatro hace unos 18 años.
La profesora de cerámica nos había invitado a ver “Gris de ausencia” de Tito Cossa, donde ella interpretaba un papel. Y allá fuimos con mis compañeras, por primera vez a ver una obra. La obra nos gustó a todas. Pero algo pasó dentro mío. Algo se despertó. Una necesidad de saber y ver más allá de lo que los personajes hacían y decían. Hubiera saltado de la silla para ver qué pasaba atrás del telón. Me dominaba la curiosidad. Sabía que algo pasaba allí atrás. Quería conocer lo que no se podía ver.
Y desde ese momento no paré hasta no descubrir y experimentar en carne propia todo lo que pasa o puede pasar en un escenario. Claro que no podemos saber todo. Porque es un mundo infinito. Un lenguaje tan amplio, tan rico, tan potente, que siempre seguiremos encontrando algo nuevo en cada espectáculo y en hasta cada función de la misma obra. Porque el teatro es vida. Es un acto único e irrepetible que sucede ahí frente al espectador que observa detalles que el actor ni se imagina.

H: -¿Te definís como actriz?
M. T.: – Me vine a Tandil a estudiar el Profesorado de Teatro, llevándole la contra a mis padres pero con una seguridad en mi decisión que nadie pudo vencer. Me recibí. Soy actriz, profesora y directora. Roles que fui alternando y mezclando durante varios años. Trabajé en escuelas y distintos lugares. Uno de ellos fue el Club de Teatro. Empecé haciendo talleres como alumna y después de un tiempo me ofrecieron tener mi propio grupo de alumnos. Pasé por todas las edades, niños, adolescentes y adultos. Dirigí y actué. Conocí amigos, vi obras e hice distintos cursos. Fueron años de mucho aprendizaje y experiencia. Uno de esos lugares que no se olvidan y donde uno siempre quiere volver. Donde te sentís cómodo porque podes ser y hacer.

H: – Hablemos de los grupos de teatro que dirigís.
M. T. : – En 2014 empecé a trabajar con el grupo Vagamundos. El grupo estaba a punto de estrenar Inodoro Pereyra de Fontanarrosa, cuando los dos directores recibieron propuestas laborales fuera de la ciudad. En ese momento me convocan y empiezo a trabajar con ellos como directora. Si bien, cuando yo me incorporo, la obra ya estaba armada como para estrenar, siempre se siguen encontrando detalles y ajustando cosas. Se sigue ensayando antes de cada función y siempre se corrige algo. Hicimos muchísimas funciones. Recorrimos todos los teatros de Tandil y algunos de la zona: Ayacucho, Necochea, González Chaves, Cardales, Luján, Maipú, etc.
El texto es una adaptación de Manuel González Gil donde se mantuvieron la mayoría de los textos originales, pero seleccionados y organizados para contar una historia con un conflicto central que se desarrolla y se resuelve en una hora de espectáculo. Los personajes que cuentan la historia son Inodoro Pereyra, Eulogia Tapia, Mendieta, el Escorpión Resolana, Mandinga y el comisario.

H.: – ¿Quiénes te acompañan?
M. T.: – Los actores son Esteban Calvo, Luciano Enriquez, Belisario Castillo y Pablo Mourrut de Beauverger, todos formados en distintos seminarios y cursos, cuentan con mucha experiencia. Todos tiene relación continua con el teatro. Participan de otros elencos donde actúan o dirigen o desarrollan otros roles como productores o técnicos. A todos nos une el teatro, aunque cada uno tenga su profesión y forma de vida.
Desde el momento en que definimos una nueva fecha empezamos a disfrutar. Estar juntos, ensayar, charlar de lo vivido, recordar viejas funciones, tantos viajes, tantas salas, es parte del teatro y lo que nos gusta hacer. El teatro es mucho más que esa hora que dura la función.

H. : – ¿Cómo recibe la obra la gente?
M. T. : – A la gente le gusta mucho la obra. El juego de palabras, el chiste sutil, la identificación con ese gaucho solitario y renegáu, hace que personas de todas las edades la disfruten. Hay gente que fue a verla porque conocía la historieta, aunque nunca había ido al teatro. Y se van contentos. Aunque queda mal que lo diga yo, obviamente. Solo puedo hablar de las caras que veo cuando sale el público.

H.: – Hasta cuándo están de gira? Dónde tienen previsto ir?
M. T.: – Ahora tenemos los derechos comprados por dos años más. Queremos seguir viajando, conociendo salas y acercando el teatro a la gente. No tenemos un cronograma armado. Vamos buscando y organizando lo que va saliendo. Nos gusta trabajar juntos y nos gusta esta obra. El proyecto para este año es hacer una adaptación nuestra. Queremos contar otra parte de la historia. Porque a algunos les tocó hacer historia y, a nosotros, la historieta.