por Verónica Meo Laos

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Entrevista a Eleonora Ghioldi sobre la muestra fotográfica Guerreras.

 

Cuando entrevistó a las cincuenta mujeres Eleonora Ghioldi obtuvo una respuesta contundente y sobrecogedora: que en todas ellas existió alguna forma de abuso por parte de un hombre del entorno. Un médico, el profesor de danza, el novio o un amigo del novio, el padre o, inclusive, un abuelo fueron los abusadores. Ese riesgo fue la clave que dio forma a Guerreras. Historias de resiliencia, una muestra fotográfica que exhibe con crudeza y cuidada belleza, el grito silencioso que interpela a las personas que observan los rostros de todas esas mujeres y de un hombre que, a través de la mirada fija a los ojos de la cámara, exponen sin ambages la crudeza del testimonio y la valentía de haber salido adelante. En vísperas del Día de la Mujer, un homenaje valiente pero, en particular, resiliente y esperanzador.

Habitat recorrió con la artista la sala del museo Evita donde está expuesta y tuvo el privilegio de conocer la cocina de la muestra fotográfica que continúa abierta al público hasta el 11 de marzo

Habitat:¿La elección de las personas para la muestra fue al azar?
Eleonora Ghioldi: -Empezó con la historia de tres amigas y fue de boca en boca. Empezó siendo historias de tres amigas. No fue necesariamente al azar porque empezó con tres amigas y las historias de ellas y después ellas les contaron a otras amigas que habían formado parte del proyecto y les decían que si querían formar parte que se comunicasen conmigo.

H.: ¿Cuáles son tus amigas?
E.G.: -Bueno, son muchas mis amigas porque más allá de eso, después yo creé un vínculo muy fuerte con mujeres que quizás no eran amigas mías o que nos las conocía pero que después terminaron siendo amigas y formaron parte del proyecto. Las primeras tres amigas fueron: Daniela, que es argentina; Karen que es de Estados Unidos y Selfa que es otra amiga mía que es mexicana.

H.¿Por qué Argentina, Estados Unidos y México estuviste en los tres lugares?
E.G.: -Estuve en los tres lugares pero ese no fue el motivo. Yo viví en los Estados Unidos por 25 años y ahí era donde todas estas mujeres viven. Lo que tiene Los Angeles, que es donde yo vivía, es que es un lugar donde hay muchísima gente de todas partes del mundo y éso como que facilitó tener diferentes experiencias. De diferentes lugares. Después voy a México, a Ciudad Juárez. O sea que sí estuve en México pero no por mi amiga sino para entrevistar a madres de víctimas de feminicidio y después vengo a Argentina y termino entrevistando a familiares de víctimas de feminicidios de aquí y también entrevistando a otras amigas argentinas que también formaron parte del proyecto.

H.:¿Cuándo empezó este proyecto, en qué año?
E.G.: -Empezó hace siete años, 2011 creo, más o menos.

H.: ¿Continúa o lo interrumpiste?
E.G.: No. En realidad ya está terminado pero continúa porque la idea fue siempre abrir un espacio de escucha para que las mujeres pudiesen contar sus experiencia. Entonces, a mí fue eso lo que siempre me interesó un montón. El proyecto, en realidad, está terminado pero, si alguien viene y me pide formar parte, yo siempre quiero brindar ese espacio. Ahora mayormente hay familiares de feminicidio de Argentina que me pidieron que querían formar parte del proyecto entonces estoy incorporando esos testimonios.

H.: Yo te escucho y me acuerdo de Fabián Polosecki que decía que él no tenía problemas con la página en blanco, sino que tenía problemas con haber escuchado tantas historias y no saber qué hacer con ellas. ¿A vos te pasó lo mismo? ¿Qué te ocurrió a vos después de haber escuchado todos estos testimonios dolorosos?
E.G.: -Es fuerte, es algo que te transforma. No salís igual, entrás de una manera y terminás de otra. Esa es la idea también, que todo lo que hagamos nos transforme y sea una oportunidad para comunicarse con el otro y cambiar uno y cambiar al otro; pero también para poder permitirnos mirar de otra forma. Y creo que es éso.

H.: ¿Cómo sería mirar de otra forma?
E.G.: Sin juzgar, yo creo que ése es el punto fundamental.

H.: ¿Las mujeres protagonistas de las fotografías se sentían juzgadas.
E. G.: Sí, claro. Y creo que está dentro del testimonio la crítica pero creo que así estamos programados todos. Lo primero que le pasa a una mujer cuando cuenta una historia, es ser inmediatamente juzgada y así nos tratan los medios. Todo el tiempo es éso. Cuando una mujer cuenta una historia lo primero que se hace es automáticamente -no todo el mundo, por supuesto, y estamos tratando de cambiar éso- pero, en general, lo primero que se hace es juzgar a la mujer. Y por éso también incorporé el kit de violación para mostrar cómo a través del sistema de salud una mujer es revictimizada, violentada y juzgada. Podés leer las preguntas que tiene el protocolo son preguntas muy violentas, muy patriarcales. Vale aclarar que éstas no son todas las imágenes, el trabajo tiene más o menos 50 imágenes y por un problema de espacio lineal no entraban todas por eso hicimos una selección. De todas las mujeres que yo entrevisté solamente dos trataron de hacer la denuncia. Solamente una lo logró y logró poner al agresor en la cárcel. Entonces la pregunta que sale es: “Qué es lo que pasa con el sistema de justicia que la mujer no quiere hacer la denuncia o no la hace. Qué es lo que pasa con el sistema salud que la mujer no quiere ir al hospital después de ser violada” Y, bueno, ésas son preguntas que nos debemos hacer todos.

H.: Qué fue lo que te dejó la experiencia de Guerreras?
E.G: Me dejó como una experiencia de entender o de sentir que necesitamos realmente mirar para adentro [remarca], no juzgar, no juzgarnos. Y me dejó mucha fuerza también, muchas enseñanzas especialmente, de las madres de víctimas de feminicidios. De todas las mujeres pero, estas mujeres son personas que tienen una fortaleza muy fuerte y me enseñaron que ellas saben muy bien qué bandera levantan, como que no hay lugar para la ambigüedad y creo que éso fue una enseñanza poderosa.

La muestra Guerreras. Historias de resiliencia de Eleonora Ghioldi inauguró el 22 de noviembre de 2018 y continúa abierta al público hasta el 11 de marzo en el Museo Evita, Lafinur 2988, CABA,

 

Inaugura el sábado 9/04  en la Usina del Arte, Agustín R. Caffarena 1, a las 17 horas y en el Senado de la Nación el martes 12/04 a las 12 horas.