En el balance de la actividad edilicia de 2019, cabe destacar la inauguración de tres obras en Buenos Aires que marcan nuevos hitos de arquitectura e ingeniería de fachadas. Se trata de Alvear Tower -la torre de viviendas más alta de Argentina-, la sede central de Banco Santander -la mudanza corporativa más importante del año- y una innovadora fachada para un edificio de oficinas en Palermo. La empresa CASCIO, que tuvo el privilegio de acompañar estos proyectos a través del desarrollo de la tecnología de fachadas, detalla los principales desafíos de las tres obras.
Tres obras de arquitectura inauguradas en 2019 en Buenos Aires han planteado importantes desafíos a los arquitectos, ingenieros, desarrolladores y constructores que las llevaron a cabo. Se trata de Alvear Tower, en Puerto Madero, la torre residencial más alta del país con 234 metros de altura en 54 pisos, que representó un complejo desarrollo de fachadas por sus grandes aberturas en altura, para alcanzar las altas exigencias de calidad en sus exclusivos departamentos. También se concretó en 2019 la mudanza de la nueva sede del Banco Santander, de más de 53.000 m2, que planteó la necesidad de cumplir con las más alta exigencias internacionales de sustentabilidad en sus cuatro fachadas. Finalmente las oficinas Summers, que representaron un reto a nivel innovación y diseño. En las tres obras fue convocada la empresa CASCIO, por su liderazgo como fabricante de fachadas y aberturas de aluminio y vidrio. Gracias al trabajo en equipo entre desarrolladores, consultores de fachadas, arquitectos, constructores y con Cascio a cargo del desarrollo tecnológico, fabricación y montaje, se lograron soluciones superadoras a todos los desafíos.
Alvear Tower: el desafío de la altura
Inaugurada en septiembre en Puerto Madero, Alvear Tower se consagró como la torre residencial más alta de Argentina con 54 pisos, y una superficie total de 68.000m2. Sus autores son el prestigioso estudio PfZ Arquitectos -Pfeifer, Zurdo, Di Clérico, Pfeifer, Qüesta- con la coordinación de obra de los ingenieros Adolfo Yeyati Levy y Marcelo Lozano por Grupo Alvear, siendo consultor de fachadas el Estudio Marshall. CASCIO participó con el desarrollo de ingeniería, la fabricación e instalación de las fachadas que abarcaron una superficie total de 6.900m2 de carpintería. Este proyecto planteó dos desafíos principales, por un lado el desafío tecnológico de las normativas adoptadas para su diseño, como la exigencia de la presión y succión del viento, que llega a 750 Kg/m2 en esquinas. Por otro lado, lograr la máxima exigencia de calidad acorde con uno de los edificios de vivienda de mayor categoría en el país. Se utilizaron normas internacionales para definir las carpinterías, ASTM, UNI, IRAM en sus máximos valores y todas satisfechas por sus cálculos teóricos y ensayos de laboratorios INTI e Internacionales, así como las pruebas y ensayos realizados en el laboratorio que posee CASCIO en su planta industrial. Para las puertas y ventanas del edificio, se convocó a METRA, empresa italiana con quien CASCIO firmó un convenio internacional. La elección fue un sistema de aberturas batientes con ruptura de puente térmico de 120 mm de espesor, coplanares desde el interior y el exterior, así como herrajes de acero inoxidable. Vale destacar el éxito en el diseño de la ecualización de presiones tanto en el encuentro entre cristales y bastidores así como en la interface de encuentro de las aberturas con el H°A°, ya que no se detectaron filtraciones de ningún tipo.
Banco Santander: La mudanza corporativa más grande del año
La sede central del Banco Santander, en la Av. Garay 151 de Buenos Aires, significó la obra más importante de oficinas corporativas inaugurada este año en el país. Cuenta con 53.107 m2 de superficie cubierta y 15.000 m2 de superficie de paños vidriados. El proyecto y dirección de obra fue encargada al estudio Urgell Penedo Urgell Arquitectos y la empresa CASCIO estuvo a cargo de la ingeniería de fachadas – fabricación y montaje – contando con la consultoría de Estudio Gigli, Ing. Andrés de Aguirre. El principal desafío de las fachadas fue lograr los estándares de calidad que permitieran certificar LEED al más alto nivel de exigencia internacional, para lo cual cada una de las mismas requirió un desarrollo tecnológico específico según su orientación y funcionamiento.
En primer lugar, en las fachadas sobre Azopardo y Paseo Colón se debía neutralizar el efecto térmico y el deslumbramiento sobre las áreas de trabajo por la exposición solar. Esto se logró utilizando fachadas de doble piel vidriada con cámara de aire ventilada. La primera fachada vidriada brinda hermeticidad al edificio, utilizando un sistema de muro cortina de junta abierta con ecualización de presiones y ruptura de puente térmico. Por otro lado, la fachada exterior de grandes dimensiones, consta de paneles de vidrio laminados de seguridad serigrafiados al 35% diseñados por los arquitectos (impresión digital de dual point) que funciona como primer filtro solar. En cuanto a la fachada de Av. Garay, fue realizada con aberturas de aluminio con RPT y cristales de alto control solar; instalada por detrás de parasoles verticales y horizontales, reduciendo así la superficie vidriada un 25%.
Para las fachadas en accesos y planta baja se diseñaron grandes perfiles U doble TE de aluminio, como solución a las grandes dimensiones -6.20 x 2.70 metros-. Por último, la fachada Norte cuenta con parasoles horizontales que preservan al edificio de los rayos verticales.
De esta forma, se consiguió que la envolvente del edificio actúe como una interfaz energética porque puede captar o rechazar la energía solar, y ayudar a una correcta ventilación natural. El resultado es un edificio transparente, moderno, sobrio, con materiales nobles, sustentables y de mantenimiento controlado. Este es un claro ejemplo donde el trabajo de proyecto, el análisis y la optimización de materiales, adecuados al diseño, definen el éxito del edificio.
Oficinas Summers: Innovación en diseño de fachadas
Summers es un edificio de oficinas inaugurado este año en Soler al 5700, en el barrio de Palermo, desarrollado por el estudio A&S (Francia) y el estudio Zas – Lavarello Arquitectos (Argentina). Está compuesto por una semitorre de 8 pisos en dos volúmenes diferentes y una serie de balcones curvos. El principal desafío tecnológico que presentó la fachada de las oficinas, fue el desarrollo de un sistema de parasoles vidriados para generar mayor eficiencia energética, regulando las diferencias entre las dispersiones de medidas que tiene una estructura de hormigón armado hecha in situ y la estructura de la carpintería metálica que debía absorber esas diferencias, sin que fuera visible desde el exterior.
Dando solución a este desafío, CASCIO desarrolló un sistema de lamas móviles de vidrio de 30cm de ancho y serigrafiadas con cinco dibujos de distinta densidad, todos de círculos blancos, que se ubican de acuerdo a un estudio de incidencia solar. Para asegurar un funcionamiento eficiente se utilizaron herrajes de acero inoxidable y perfiles de aluminio. En los niveles inferiores de contrafrente, la fachada es octogonal con vanos zigzag. Esta obra recupera la utilización de balcones en un edificio de oficinas, los mismos son de forma ondulante para suavizar la articulación del propio edificio con sus vecinos, generando un segunda piel materializada con una sucesión de lamas verticales de vidrio. Sus grados de apertura permiten controlar la incidencia solar, generando una piel dinámica que transforma la apariencia del edificio. Por momentos se ve más transparente y permeable, mientras que en los picos de incidencia solar, es más opaca y reflexiva.
Más información en www.cascio.com.ar